viernes, 20 de marzo de 2009

PUNTA ARENAS


Llevo unos días que me caigo de sueño. Cuando llego a Punta Arenas busco un albergue donde quedarme; todavía no quiero avisarle a Barbara que ya he llegado. Necesito unos tiempecitos para mi en un lugar en el que pueda reconocer el entorno y hacerlo cotidiano. Arrastro mucho movimiento.
Barbara llega al día siguiente en bicicleta desafiando al tiempo patagónico. La encuentro igual que hace 4 años. Pasamos parte del día juntos, en una conferencia sobre chamanismo en la Universidad del Mar y luego almorzando cerca del puerto, pero luego se tiene que ir a sus clases de yoga que están alejadas del centro. Yo me voy a las que encuentro a la vuelta de la esquina y verifico que estoy atrofiado; aun así me sienta bien y es después que en el albergue, donde tengo la habitación especial a buen precio, que abro una botella de vino chileno e invito a dos pinguinas chilenas llamadas Magdalena y Macarena a compartir la cena conmigo. A los otros dos jovencitos canadienses a comer queso y uvas sin que se sepa que hoy es mi cumpleaños.

Aquí hay un lugar increíble que se llama Imagomundi. Es una mezcla de lo mas ecléctica; admite un rocodromo, sala de exposiciones, café,restaurante, foso de instalaciones vanguardistas, aulas y talleres, conferencias, y habitaciones para mochileros a buen precio. Es todo nuevo y esta hecho con una gran imaginación y atrevimiento. se lo recomiendo a cualquiera que se venga a Punta Arenas; aunque está algo alejado del centro. Por lo demás Punta Arenas es una ciudad que al visitante con prisas solo le sirve como lanzadera para sus planes. A mi me gusta lo suficiente como para quedarme unos días y reorganizar mi ruta. Hay bellos edificios coloniales y la ciudad se extiende en una cuadrícula plana de casitas de no mas de tres plantas a lo sumo. El estrecho de Magallanes le da ese aire abierto y fresco para no sentirse uno atrapado en una ciudad mas.

No hay comentarios: