miércoles, 18 de marzo de 2009

Cabo Polonio 2

En La Golosa, el dueño se pone parlanchín y cuenta como dejó su profesión de abogado en Montevideo y como se estableció en este restaurante que ha sido objeto de reportajes en Discovery Channel, National Geografhic y otras cadenas sudamericanas. El País lo nombro en su revista como el mejor de Uruguay. Como unos canelones de algas recogidas y lavadas por Leo soberbios pero con algo de arena. La cuenta asciende a 15 euros incluido postre, vino y entremeses de humus. El tipo es parecido a Pablo Mármol en versión gay y el local parece una almoneda de buen gusto. Decido pasar la noche al raso y ya he localizado una cabaña abandonada con un jergón en el porche. Hoy hay un festival. Veo una obra de teatro femenina donde las protas lloran, se desgarran, ríen y sueñan al cielo; no entiendo nada, no entiendo a las mujeres.
Después me trago una actuación poética de un tipo sonado que clama a voces no se que injusticias y que no deja de moverse por la sala jurando e insultando a las personas que ha conocido en su vida. Va de Bukowsky alcoholizado y politoxi pero lo que necesita es un terapeuta. No entiendo a los hombres. De postre una interesantisima conferencia sobre "EL lenguado en Cabo Polonio"; no me lo puedo creer...A las 11 comienzan los conciertos en la campa al aire libre; se prolongan hasta tarde y están muy bien: música folk andina vanguardista de contenido poético social con raíz multiculti. Cuando todo termina nos movemos al pub Sargento Garcia y me quedo bailando algo sonámbulo hasta las 8 de la mañana. Desayuno con una suiza que lleva dos años en bici.
Cuando el sol calienta camino por la playa tres horas hasta conectar con Puerto Valizas y de allí a Punta del Diablo en Bus. Me encuentro con varios (5 , 6) cadáveres en descomposición de Lobos Marinos y millones de conchas, y cáscaras de caracolillas. Después de cenar con Yoli y con Juan en el puesto callejero de la cuesta de los artesanos con su sinuoso recorrido de velas fantásticas, caigo rendido de cansancio y duermo como un niñoso.

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