Temprano llegamos al Glaciar mas famoso e imponente del mundo conocido. Es asombroso y esta vivo; todos los días avanza 2 mts hacia las aguas del lago. Entonces se desmorona y cae como un coloso helado, a pedazos que a veces son icebergs del tamaño de un barco. Cruje, resuena y causa explosiones y truenos impactantes. Es inmensamente blanco, con algún azulado y algún veteado verdoso. Mide 6 kmts de frente, 14 de fondo y se levanta 60 mts en vertical. Hace frió glacial. Veo con envidia la excursión del barco que navega por el Lago Argentino. Un colosal estruendo se oye y un murallón se desprende como las Torres Gemelas causando un oleaje denso y aflorando icebergs como ballenas emergentes del fondo del agua. Ha merecido la pena venir. En invierno el glaciar se une a la isla Magdalena y tapona el lago. En verano el calor lo sacava poco a poco creando el famoso puente o tunel que inexorablemente se derrumbara.
Me cambio de albergue porque en el mio había gringos roncadores y apestaba a cañería atascada, y por desalmados con los perros. Me topo con unos individuos dispersos, cada uno de una latitud. Con el portugués de mi habitación nos vamos de noche a tomar una birra al Libro-Bar Borges y Álvarez. Allí, nos encontramos al resto.El español esta en auge; ahora son ellos los que se esfuerzan,de lo cual me alegro. En sus caras estreñidas por el esfuerzo mental me recuerdo.
En el Calafate y en el sur patagónico es abundante la cantidad de perros sueltos y abandonados que hay. Son dóciles, domésticos y dan pena...Hay de todas las razas; algunos andan tullidos. Hay una campaña de esterilización gratuita e indolora. En estas tierras inabarcables los perros silvestres podrían ser un problema, amén de las enfermedades; pero sobre todo, con esta medida, el camión de la perrera no tendrá que sacrificar vidas tan hermosas.
Por la mañana saldré a Punta Arenas.
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