viernes, 23 de diciembre de 2011

ANAPURNA- JORNADA 22- FIN

Nuestro segundo día en Tatopani continua como el primero: tocándonos la barriga y nadeando, gozando del sinquehacer. Ya no hay metas ni retos que perseguir. Estamos a 1500 metros de altitud rodeados de plantas aromáticas y trinos de aves tropicoidales. Nos ponemos al día con nuestros libros y diarios y nuestra higiene. jugamos a las cartas, como siempre el mismo juego, "el comemierda". De noche se desencadena una poderosa tormenta




arrojando agua a mansalva. Yo metido en mi camita veo los rayos encender las ventanas y escucho los poderosos truenos desde dentro, que gozada. Han aparecido Mike y Marta. Ya somos seis del Gofio Team. Nos sentimos como una pequeña familia bien avenida. Pero el chocolate no se acaba nunca, parece.
De madrugada nos subimos al jeep que nos lleva a Beni con los traseros destrozados por los baches. De aquí a Pokara en bus. Y allí, desde el Banana Lodge veo otra hermosa e impresionante tormenta caer sobre las plácidas aguas del lago mientras me rasco las barbas más largas que nunca he tenido y que ya mañana me afeitaré en el barbero por 80 rupias. Una agradable aventura que esta noche celebraremos de nuevo en el Jazmeen Café cenando junto a Fran, Mimi, Mike, Marta, Paul, Jose y Nadia. El resto ya anda desperdigado por el mundo repartiendo buena onda.

ANAPURNAS- JORNADA 21- EL REENCUENTRO

En el cercano pueblo de Lete nos subimos los tres al autobús pagando 200 rupias. Llegamos a Gasha tras recorrer estas pistas polvorientas y bacheadas para sellar el control y pelearnos con los autobuses buscando ofertas en jeep. Seguimos hacia Tatopani entre paredes derrumbosas y cortes verticales dando saltos. Hora y media después hemos llegado fatigados. Encontramos alojamiento en el  mejor sitio, el Dalaugarhi. Mi habitación con baño esta rodeada de jardines cuidados y primorosos. Aquí abajo la vegetación es abundante y subtropical. De nuevo zumban los insectos y vuelan las mariposas. Nos vamos directos a las aguas termales: dos estanques de cemento sin gracia alguna junto al río pero que resulta ser una gran recompensa después de tan poco lujo durante la larga travesía de tres semanas; toda una recompensa para el dolorido cuerpo. La entrada solo cuesta 50 rupias. El agua está a 45 grados y la gente, foránea y local, se relaja que da gusto, algunos beben cervecitas a pesar del cartel que lo prohibe.
Para las 7 de la tarde ya tenemos la cena en el jardín al aire libre. De pronto aparece Paul con su alegre parsimonia  Nos cuenta su aventura desde que nos separamos en Muktinak y nos pone al día del resto del grupo. Dos catalanes se juntan a la mesa. Beben brandy de manzana y se ponen morados a canutos. Las estrellas lucen en lo alto. Es un buen día. Y una buena noche tambien.

martes, 20 de diciembre de 2011

ANAPURNAS-JORNADA 21. SANGRE DE YAK

Ya son las 7 y tras desayunar nos vamos de nuevo hacia el campamento. Son unas 25 tiendas semi cilíndricas abiertas solo por la entrada. Los nómadas deambulan somnolientos desesperazándose del frío mañanero. Algunos niños corretean de aquí para allá, y los perros andan husmeando de aquí para allá tambien; como en las películas de los indios comanches. Llevo mi ropa polar para regalar pues ya no me hará falta en adelante. Entramos en la tienda de nuestra familia de acogida y tomamos café hirviendo con ellos. Pertenecen a la casta Arian. El sol aún no difumina la sombra helada de la noche por culpa de las altas cumbres. Poco a poco van surgiendo nuevos invitados llegados de las aldeas vecinas. A eso de las 9 los pastores conducen los rebaños de yaks hacia la explanada central donde han instalado unas dianas para tirar con arco y flechas. Los más jóvenes atrapan a uno de ellos cogiéndole de las patas y de los cuernos. El guru oficial se le acerca con una navaja en la mano. Le practican un torniquete en el cuello, la aorta se le infla, los ojos del animal miran espantados loco por escapar. El guru saja la piel y la carne y de allí brota la sangre roja y caliente hacia un vaso grande de plástico. Los vasos se llenan y desparecen por ávidas manos viejas y temblorosas ansiosas por beber de ese elixir de la vida que prolonga la edad y la salud. Los ancianos tienen preferencia para beber, después lo hace el resto. Cada yak surte 5 litros de su sangre y al menos son 6 los animales ceremoniados. Casi todos los reunidos beben, incluyendo a Mr Sibani, un afamado abogado del estado que viene con un ministro como acompañante, según nos cuentan. Se acerca a charlar con nosotros por que somos los únicos forasteros. Fran y Mimi se apuntan a la cola. Cogen un vaso verde y zas...!Se rellena de rojo y luego se lo beben. La sangre deja de color rojo los dientes, la lengua y los labios. Dicen que sabe a hierro, que esta caliente y salada y que, si lo dejas esperar, los grumos de la sangre al coagularse repugnan un poquillo. Hemos podido sacar abundante material gráfico de esta extraña ceremonia que se celebra una vez al año. Nos despedimos de nuestra familia adoptiva y continuamos avanzando río abajo hacia un nuevo destino. Ellos mucho más fuertes que yo...los muy sanguinarios...







ANAPURNAS- JORNADA 20

 A las 8 de la mañana subimos a uno de esos buses atiborrados que nos cobra 100 rupias hasta Tukuche. En media hora ya hemos llegado. Nos ponemos a caminar por la garganta más profunda del mundo que resulta ser el pedregoso cauce del río rodeada de magnificas e imponentes montañas que sobrepasan los 7000 metros; el Dalaugarhi sobre nosotros, nevado y celestial, tiene 8000 metros. Sin embargo no me parece muy sobrecogedor. Al llegar a Larjung un hombre que habla algo de alemán porque trabajó allí unos años nos informa de una extraña celebración que acontece en unos prados caminando media hora río abajo. Seguimos su consejo y hacia allá nos vamos. Nos encontramos con un campamento tribal rodeado de pastos donde se esparcen rebaños de yaks cornamentados. Las tiendas son como cilindros hechos de plásticos y ramas arqueadas que acogen a familias enteras en su interior. Nos apostamos en unas rocas en lo alto esperando tomar alguna decisión, pues no sabemos si seremos bien recibidos. Unos jóvenes se acercan y se apostan en unas rocas cercanas. Es Fran el que se acerca y entabla conversación con ellos poniendo en práctica sus rudimentarios conocimientos de hindi y su repertorio escaso pero útil de palabras nepalís. Enseguida rompen a reír por su desparpajo y entonces somos guiados e invitados a entrar en su tienda comunal. Adentro están sus familiares. Nos agasajan con carne de un yak (que no pruebo) sacrificado cuyos restos son devorados por los perros junto al riachuelo. Tomamos unas cervezas dentro mientras las mujeres cocinan en los fuegos. Alguno habla unas palabras de inglés y hace de traductor. Son buena gente. Nos invitan a regresar mañana cuando se celebre la ceremonia de la sangre de yak. La cosa promete...




ANAPURNAS- JORNADA 19

Afortunadamente despierto cuerdo, sin resaca pero con muchos recuerdos flotando por el aire todavía. Decidimos continuar tras desayunar y explorar algo más del pueblo. El viento sigue soplando llenándonos las narices de polvo; la temperatura es agradable y el cielo esta despejado.
Llegamos al feo pueblo de Jomson pasado el mediodía. Aquí está el único aeropuerto de la zona y parece que el ambiente es menos acogedor, menos familiar, la suciedad es otra. Lo pasamos de largo tras sellar la cartilla en el puesto de control. Hay Internet y cajero para sacar dinero. El camino ya no tiene encanto alguno por lo que decidimos subirnos a un bus de esos que van hasta los topes y que te cobran el triple por ser extranjero con destino a Marpha. Se celebra una boda y aprovechamos la parada para ponernos a gusto de zumos de manzana local. Sentados por la tarde sobre una loma que domina el pueblo vemos el insólito espectáculo de un enorme rebaño de cabras compuesto por 250 cabezas que descienden de las penosas cumbres hacía nosotros. Se saben
el camino y entran dando saltos en los establos de las casas sin ayuda ni indicación alguna. Un verdadero espectáculo. Cada una da muestras de saber a donde ir. Que más quisiéramos nosotros.






Ducha caliente. 

ANAPURNAS- JORNADA 18

Desayunamos con B, Beatrix, la húngara de Budapest que conocí en Pokara, en nuestro alojamiento junto a la señora que ahora no parece tan malencarada y sonríe algo más. Nos ponemos en marcha con las mochilas a cuestas y seguimos por un polvoriento camino hacia Kagbeni. B nos acompaña un trecho. Nos despedimos tomando unos zumos de Sebuckthorn, una baya llena de vitaminas y propiedades que solo crece en estas altas y ásperas tierras. Sale un viento infernal, nos ponemos las gafas y vamos por un acantilado pedregoso evitando la pista de más abajo por donde transitan jeeps levantando nubes de polvo. A eso de la 1 hemos llegado a Kagbeni que resulta ser un pueblo encantador y medieval, puerta de la región prohibida del reino de Mungstan, al que solo se accede pagando 500 dolares; prohibitivo, claro. Vemos el río que baja de por allá enterrado en piedras de aluvión en esta falsa planicie seca y dura e imaginamos como será ese reino del interior.




Nos hospedamos en el Dancing Yak con balconcito al río  Lo pasamos en grande charlando y tomando birras. Para rematar la tarde me animo a probar algo de ese hachís mágico. Pero como no fumo, pedimos una tarta de chocolate y en ella mezclamos una cantidad picadita. Parece que no pasa nada...pero que error. La cosa comienza a hacer efecto, y a pesar de estar con dos médicos, Fran y Mimi, pienso que jamas volveré a ser el mismo, a recobrar mi estado anterior. Vaya colocón y vaya risas que nos echamos. En la oscura habitación solo quiero dormir pero los efectos se agudizan en la soledad... Veo yaks bailando y sueño cosas raras raras...y ellas me sueñan a mi...

ANAPURNAS- JORNADA 17

El grupo se disgrega: unos nos quedamos en Jankoth, un pueblo mágico y fantasmal que parece sacado del Señor de los Anillos, y los demás tiran hacia Jomson. Nos desperdigamos por las callejuelas del pueblo, cada uno por su lado. Kike aparece con la cara blanca de susto. Nos cuenta que un monje le ha metido mano subiendo las escaleras de un templo. Nos morimos de la risa. Nos despedimos de esta fracción del Gofio Team y al final nos quedamos a dormir aqui, Fran, Mimi y yo. A los tres nos interesa enormemente conocer estas tierras distantes a las que quizás jamás volvamos. Me encuentro con B, la húngara, que ha subido a dar clases como voluntaria y que conocí en Pokara. Recuerdo algún comentario suyo charlando con una austriaca buenorra que voluntariaba por las montañas al final de las clases de yoga con Rishi , pero no me imaginaba que fuera a ser en este sitio...¡Vaya! Cenamos juntos y ella se ofrece a enseñarnos el templo y la escuela por dentro. Nos pone en contacto con los ancianos médicos tibetanos que curan con hierbas del Himalaya y otras sanaciones muy respetadas por aquí. Fran y Mimi, que son médicos intentan transmitir conocimiento a su vez, pero el tibetano no parece sentirse a gusto con la medicina occidental y solo sonríe cortesmente. Nuestra medicina no trabaja tan bien por aquí. Lo pasamos bien cenando juntos y asistiendo más tarde a una"puja", ofrecimiento sagrado y ritual a los dioses y buenas energías, con la gente local y los monjes trompeteros (y estos tios de la foto tan campantes peregrinando con poca ropa)






en la paz de las montañas.

ANNAPURNAS- 17 JORNADA.

Estamos en el Mona Lisa, un pequeño hospedaje de Muktinath que acoge a todo el grupo. Las habitaciones son sencillas y algo pequeñas pero tengo la suerte de dormir solo y en la más grande porque lo demando y lo necesito. Duermo como un lirón, o como dos lirones.












Al día siguiente, repuesto y descansado salgo con Juampi de excursión por el pueblo y alrededores. Él va con su equipo fotográfico y cierto aire despistado. Seguimos a un grupo de tibetanas hasta un monasterio de monjas sin que pongan reparos a que lo visitemos y saquemos unas cuantas fotos. Luego, al vagabundear por un camino alejado nos vemos sorprendidos por un grupo de demonios. Estaban al final de una polvorienta carretera, pero en cuanto nos han visto han echado a correr hacia nosotros gritando cosas. Nos hemos quedado quietos, hipnotizados. Juanpi no se ha atrevido a huir ni a sacar fotos. Cuando nos han rodeado con sus 10 caras enmascaradas de animales y hemos visto que eran amigables nos hemos relajado. Solo son niños locales y desharrapados jugando. No sé de donde han sacado las máscaras ni porque se pasean hoy con ellas. Quizás sea un cumpleaños. Son muy simpáticos y sonrientes; nos dan la mano y se dejan fotografiar. No muerden. Pura alegría.
Al regresar de nuestras aventurillas cenamos con el grupo envueltos en humo de hachís. Cada uno parece tener su tabletón a precio regalado. No sé de donde lo han conseguido, todavía...La hierba crece salvaje por los campos siendo un peligro para el ganado, mala hierba aquí. Sin embargo el nepalí, en general, no es muy fumador de estas cosas. Consigo cargas del todo la batería de mi cámara por fin...