martes, 20 de diciembre de 2011

ANAPURNAS- JORNADA 20

 A las 8 de la mañana subimos a uno de esos buses atiborrados que nos cobra 100 rupias hasta Tukuche. En media hora ya hemos llegado. Nos ponemos a caminar por la garganta más profunda del mundo que resulta ser el pedregoso cauce del río rodeada de magnificas e imponentes montañas que sobrepasan los 7000 metros; el Dalaugarhi sobre nosotros, nevado y celestial, tiene 8000 metros. Sin embargo no me parece muy sobrecogedor. Al llegar a Larjung un hombre que habla algo de alemán porque trabajó allí unos años nos informa de una extraña celebración que acontece en unos prados caminando media hora río abajo. Seguimos su consejo y hacia allá nos vamos. Nos encontramos con un campamento tribal rodeado de pastos donde se esparcen rebaños de yaks cornamentados. Las tiendas son como cilindros hechos de plásticos y ramas arqueadas que acogen a familias enteras en su interior. Nos apostamos en unas rocas en lo alto esperando tomar alguna decisión, pues no sabemos si seremos bien recibidos. Unos jóvenes se acercan y se apostan en unas rocas cercanas. Es Fran el que se acerca y entabla conversación con ellos poniendo en práctica sus rudimentarios conocimientos de hindi y su repertorio escaso pero útil de palabras nepalís. Enseguida rompen a reír por su desparpajo y entonces somos guiados e invitados a entrar en su tienda comunal. Adentro están sus familiares. Nos agasajan con carne de un yak (que no pruebo) sacrificado cuyos restos son devorados por los perros junto al riachuelo. Tomamos unas cervezas dentro mientras las mujeres cocinan en los fuegos. Alguno habla unas palabras de inglés y hace de traductor. Son buena gente. Nos invitan a regresar mañana cuando se celebre la ceremonia de la sangre de yak. La cosa promete...




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