martes, 20 de diciembre de 2011

ANAPURNAS- JORNADA 18

Desayunamos con B, Beatrix, la húngara de Budapest que conocí en Pokara, en nuestro alojamiento junto a la señora que ahora no parece tan malencarada y sonríe algo más. Nos ponemos en marcha con las mochilas a cuestas y seguimos por un polvoriento camino hacia Kagbeni. B nos acompaña un trecho. Nos despedimos tomando unos zumos de Sebuckthorn, una baya llena de vitaminas y propiedades que solo crece en estas altas y ásperas tierras. Sale un viento infernal, nos ponemos las gafas y vamos por un acantilado pedregoso evitando la pista de más abajo por donde transitan jeeps levantando nubes de polvo. A eso de la 1 hemos llegado a Kagbeni que resulta ser un pueblo encantador y medieval, puerta de la región prohibida del reino de Mungstan, al que solo se accede pagando 500 dolares; prohibitivo, claro. Vemos el río que baja de por allá enterrado en piedras de aluvión en esta falsa planicie seca y dura e imaginamos como será ese reino del interior.




Nos hospedamos en el Dancing Yak con balconcito al río  Lo pasamos en grande charlando y tomando birras. Para rematar la tarde me animo a probar algo de ese hachís mágico. Pero como no fumo, pedimos una tarta de chocolate y en ella mezclamos una cantidad picadita. Parece que no pasa nada...pero que error. La cosa comienza a hacer efecto, y a pesar de estar con dos médicos, Fran y Mimi, pienso que jamas volveré a ser el mismo, a recobrar mi estado anterior. Vaya colocón y vaya risas que nos echamos. En la oscura habitación solo quiero dormir pero los efectos se agudizan en la soledad... Veo yaks bailando y sueño cosas raras raras...y ellas me sueñan a mi...

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