martes, 20 de diciembre de 2011

ANAPURNAS-JORNADA 21. SANGRE DE YAK

Ya son las 7 y tras desayunar nos vamos de nuevo hacia el campamento. Son unas 25 tiendas semi cilíndricas abiertas solo por la entrada. Los nómadas deambulan somnolientos desesperazándose del frío mañanero. Algunos niños corretean de aquí para allá, y los perros andan husmeando de aquí para allá tambien; como en las películas de los indios comanches. Llevo mi ropa polar para regalar pues ya no me hará falta en adelante. Entramos en la tienda de nuestra familia de acogida y tomamos café hirviendo con ellos. Pertenecen a la casta Arian. El sol aún no difumina la sombra helada de la noche por culpa de las altas cumbres. Poco a poco van surgiendo nuevos invitados llegados de las aldeas vecinas. A eso de las 9 los pastores conducen los rebaños de yaks hacia la explanada central donde han instalado unas dianas para tirar con arco y flechas. Los más jóvenes atrapan a uno de ellos cogiéndole de las patas y de los cuernos. El guru oficial se le acerca con una navaja en la mano. Le practican un torniquete en el cuello, la aorta se le infla, los ojos del animal miran espantados loco por escapar. El guru saja la piel y la carne y de allí brota la sangre roja y caliente hacia un vaso grande de plástico. Los vasos se llenan y desparecen por ávidas manos viejas y temblorosas ansiosas por beber de ese elixir de la vida que prolonga la edad y la salud. Los ancianos tienen preferencia para beber, después lo hace el resto. Cada yak surte 5 litros de su sangre y al menos son 6 los animales ceremoniados. Casi todos los reunidos beben, incluyendo a Mr Sibani, un afamado abogado del estado que viene con un ministro como acompañante, según nos cuentan. Se acerca a charlar con nosotros por que somos los únicos forasteros. Fran y Mimi se apuntan a la cola. Cogen un vaso verde y zas...!Se rellena de rojo y luego se lo beben. La sangre deja de color rojo los dientes, la lengua y los labios. Dicen que sabe a hierro, que esta caliente y salada y que, si lo dejas esperar, los grumos de la sangre al coagularse repugnan un poquillo. Hemos podido sacar abundante material gráfico de esta extraña ceremonia que se celebra una vez al año. Nos despedimos de nuestra familia adoptiva y continuamos avanzando río abajo hacia un nuevo destino. Ellos mucho más fuertes que yo...los muy sanguinarios...







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