miércoles, 18 de marzo de 2009

LA GRUA 8. DIQUE 4.

En la increible oficina de turismo habilitada en la grúa 8 de Puerto Maderos, Buenos Aires, Shila Petroni, la directora me cuenta como un hombre pasaba rondando la estructura de la grúa sin osar atreverse a entrar. Ella, animosa como lo ha sido conmigo, decidió salir y ofrecer sus servicios al tipo que era un indígena chaparrito y fuerte. El hombre, como aturdido entró en la grúa y preso de una emoción incontenible comenzó a llorar. Cuando se recompuso le contó que esa misma grúa había sido su lugar de trabajo durante 30 años. Era sindicalista y un día, tras una reunión sindical, regresando al puesto de trabajo, la suerte le salvó de una muerte decretada. Por esas cosas del destino se encontró esa tarde con un compañero y juntos decidieron fumarse un cigarrito y tener una charla antes de ponerse a la faena, con las piernas colgando del muelle. Entonces un grupo de hombres uniformados hicieron su aparición y les preguntaron por donde andaba Tolosa. Se trataba de los temidos "Falcones Verdes" de la dictadura de Videla; los que no hacían juicios y torturaban hasta el asesinato y la desaparición. Tolosa temblando tuvo la ocurrencia de decirles que la grúa donde trabajaba era otra a dos kmts de distancia y aprovechando de la treta puso pies en polvorosa refugiandose en el Hospital Ferroviario donde un medico se apiado de él y le mantuvo escondido pasándole por un paciente en cuidados intensivos durante 48 horas. Le expidió un certificado y con mucha suerte y sin plata en el bolsillo cruzó la frontera.
Mientras le contaba su historia el hombre se deshacía en lágrimas de emoción y Shila también. Habían pasdo 16 años.
En la recuperación de esta zona portuaria donde ahora la hostelería es la primera actividad alguien con buen criterio supo ver la belleza de las grúas y decidió conservarlas estando estas
protegidas por ley. Me informa Shila que son 36 entre las mas antiguas y las mas modernas.

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