jueves, 8 de abril de 2010

MAR MUERTO

Salgo del Farah hotel con tres libanesas y un tipo de Sydney en dirección al Mar Muerto. La idea de apuntarme al grupo ha resultado ser estupenda; mejor que ir solo por mi cuenta, y además tengo la suerte de que sean majos. Paramos en el monte Nebo donde Moisés construyo el caballo de Troya. Hay excursiones de Semana Santa. Los españoles solo preguntan al  guía que cuando se come y un grupo de iluminados y  jóvenes cuáqueros de  Minnesota canta aleluyas con dientes perfectos y piel trigueña. Luego bajamos al  Río Jordán, al mismísimo lugar donde el maestro Jesús fue bautizado por Juan el Bautizador.
Es un lugar sin gracia.Me pregunto mientras tiro piedrecitas al agua verdosa por allí estancada por qué Jesús tampoco tiro la primera piedra cuando aquello de la prostituta...No parece que estuviera libre de pecado; si no hay nadie perfecto. Aunque para despejar estas dudas leo luego en los testamentos: Aquel de vosotros que esté libre de pecado...(pecado:palabra que proviene del griego y significa acto erróneo)

Por fin llegamos al Mar muerto donde la ballena se trago a Pinocho y nos tiramos al agua de cabeza pero como flotamos rebotamos y hacemos un slalom por el agua. Pica muchisimo la sal, si se te mete en los ojos o tienes una herida estas jodido. Si traes unas anchoas solo tienes que mojarlas un poco y ya las tienes en salmuera, un poquillo de vinagre y ya esta, y ajo y perejil. Nos embadurnamos del barro negro medicinal que parece sacado de la caja de cambios de los viejos camiones del desierto y parecemos conguitos. Es todo muy divertido y muy extraño. Estamos en el punto geográfico natural más bajo de la tierra por debajo del nivel del mar. ¡Y flotamos!





Liberadas mujeres  jornadas relinchan de placer. Las libanesas, Rasha, Fatima y Nisreen Kaj del grupo, se marchan esta noche a Beirut; me animan a que vaya y las llame para salir de marcha. Pero me voy a Siria. Y eso que Beirut promete acción.

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