viernes, 30 de abril de 2010

CAPADOCIA

EL PAÍS DE LOS CABALLOS BELLOS
Nadie me lo había contado pero al despertarme súbitamente a las 7 de la mañana miro por la ventana del dormitorio y...globos aerostáticos suspendidos en el aire entre una bruma fantasmal. Me froto los ojos porque me creo estar soñando, pero no; hay están como burbujas, como medusas en un mar de fantasía. Se elevan muy despacito y, como la mañana resulta ser lloviznosa veo a unos desaparecer entre la niebla mientrás otros surgen súbitamente llenos de colores, de franjas, rombos, tiras y magnificos diseños. Veo el fuego de los calentadores y a las barquillas con los diminutos pasajeros. Cuento hasta 23 pero luego me entero que hay 45.
Flotan por este paisaje de cuento entre las "chimeneas de las hadas" y oigo desde la cama, como si se tratara del aliento de dragones, el soplido del fuego. No me hace falta el catalejo, están cerquisima. Vuelan por encima del tejado. ¡Que maravilla!
Por encima de los pinaculos y los peñascos horadados: la realidad supera a toda fantasía.
Volar en uno cuesta 150 dolares, una fortuna. Hay que traer un Zeppelin para abaratar costes y que todos podamos acceder a esta gozada de experiencia. Una familia con dos niños no se lo puede permitir.
Termino de despertar del todo y bajo a desayunar. Ayer llegué en un tren diurno que recorrió desde Dyarbakir 15 horas de paisaje turco maravilloso sentado en primera, y por solo 17 liras turcas que son 8 euros. Lo preferí al bus que tardaba 5 horas menos y costaba 45 liras turcas. ¡Viva el tren! Me abrigo que refresca y llovizna.

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