lunes, 30 de mayo de 2011

ANNAPURNAS- 16 JORNADA- EL DESCENSO

EL DESCENSO
Después de las fotos de grupo del Gofio Team y de que Juanpi dejara en la nieve sus huellas fecales (a quien se le ocurre...) comenzamos el descenso. En algunos sitios ya lo advierten: el descenso es incluso peor que la subida: son 4 horas de frenada con las rodillas en caída libre y sin remansos. Aquí arriba la cosa se puede poner fea en breve y es mejor acometer la labor cuanto antes. Ya empiezo a tener algo de malestar en el bolo y el viento trae nubes nubosas a lo lejos. Me como la ultima barrita energética. La primera hora se agradece por el cambio de ritmo y porque la nieve va desapareciendo. Hay fé en que el oxígeno nos inunde los pulmones. Parecemos ancianitos. Pero tras la segunda hora compruebo que esto es un maldito infierno y si seguimos descendiendo así nos vamos a encontrar pronto con él. Ahora la mochila se convierte en un enemigo pesado, las rodillas temblequean y siento en los engranajes sensaciones de lo mas raras. Al loro! A la tercera hora estoy descojonado y con los ánimos por los suelos. Al fondo ya se ve Muktinath como una  meta inalcanzable. Tengo que parar para luego volver a caminar y tirar sin fuerzas. Para no dejarme arrastrar he de pisar el freno constantemente o sino caerme o romperme alguna articulación... Ya no me consuela nada, estoy muy fatigado, mentalmente fundido. Laura pasa adelante dando brincos con sus 24 añitos, pero Fer viene jodido de las rodillas al igual que Mimi. Danny anda por ahí arriba doblado y desmayándose según me cuentan...Al llegar a Rabudra me rindo totalmente: que me lleven en ambulancia o en coche fúnebre. Suelto la mochila liberándome de ese ancla que me lleva al fondo y espero sin esperar nada. Hay un chiringuito aquí abajo. Me pido zumos de manzana por triplicado pues mi agua se ha acabado hace rato al repartirla y me muero de sed. Me quito las botas y toda la ropa de abrigo solo para desagobiarme. Al rato aparecen Fran, Mimi, Fer, Kike; falta Danny que llega 10 minutos después con calambres y dando tumbos; lo que aguanta este chaval...Como la chica del barucho esta cerrando le lleva su pesada mochila haciendo de porteadora en el último tramo. Hemos descendido 1600 metros del tirón, parece poco, pero no lo es en absoluto, sobre todo teniendo en cuenta que comenzamos a caminar al amanecer y ya son las 6 de la tarde. Se pone a nevar y atardece en estos últimos 5 kilómetros. Al llegar a Muktinath






nos espera una gran celebración llena de cervezas y un eterno y merecido descanso...Me rindo. Prueba superada.

viernes, 27 de mayo de 2011

ANNAPURNAS- THORUNG PASS.

THORUN PASS - EL ASCENSO                                                           Los que más madrugamos estamos preparados a las 6'30 de la mañana con todo el equipo puesto; las botellas de agua llenas para hidratar el trabajo de los riñones y dopados con una pastilla que recomiendan tomar para oxigenar mejor. Aun así somos el ultimo grupo en abandonar el hospedaje. Llevo tres pares de calcetines de Al Gore Tex y el pantalón térmico por debajo. Sujeto un palo con la mano enfundada en un grueso guante polar. Esta vez llevo las gafas desde el principio para no quemarme los ojos. El día sale perfecto, soleado y en calma; solo queda rogar para que no se levante ventisca, algo que sucede a mediodía y llegar al paso antes de esa hora.
La ascensión comienza...¡ya! sin tiempo para estirar los músculos dormidos. Subimos a pasitos, parándonos de vez en cuando a coger resuello y aprovechar para darnos cuenta del hermoso paisaje virgen y salvaje que nos rodea. Paul, Mike, Marta y yo vamos en un grupo por delante. Más abajo vemos como los demás se incorporan. Los porteadores salvajes con los dos caballos cargados de mochilas nos siguen y pronto nos adelantan con pasmosa facilidad. He conseguido colar mi pequeño saco de dormir en la mochila de Nadia y me reconforta sobremanera saber que ese kilo de menos ya no esta conmigo; aunque solo sea uno. Por lo demás cargo con mi mochila al completo, sufriéndola a mis espaldas. Llegamos al High Camp (4850 metros) y tomamos un té caliente hasta reagruparnos. Danny llega a duras penas, arrastrándose como es habitual en él,  como un náufrago o un "yeti" apopléjico más bien. Ya nos vamos haciendo una idea del asunto. 
A las 8 continuamos rodeados y envueltos de nieve. La senda es un rastro minúsculo de color marrón abierto por los pasos de los madrugadores. Lo seguimos como única referencia en el paisaje blanco y silencioso. Nos rodean los colosos eternos, magnánimos  si se pueden calificar así.
Mimi ha perdido sus gafas y Juanpi no las trae consigo. Les he avisado de las consecuencias y el único remedio que se me ocurre es el de darles un pañuelo algo traslucido que llevo conmigo.Lo rasgo en dos pedazos y con ellos se cubren los ojos. Apenas pueden ver. Solo imaginarse tener un accidente, una imprudencia, llevar el cadáver ambulante de Danny y de dos ciegos por estas altitudes es algo que nos mantiene al grupo con otro tipo de silencio, no vamos de excursión.  A veces se notan los cosquilleos en las extremidades y algo de presión dentro de la cabeza. Ademas de la dificultad para respirar el escaso oxigeno, hay cierta aprehensión a los temidos síntomas del mal de altura. Hace ya días que no crecen arboles tan arriba, aquí no hay vegetación alguna...y sin embargo vemos correr por la nieve una especie de rata o conejo. Se debe de tratar de uno de los síntomas alucinatorios.
Andamos con sumo cuidado por la senda resbalosa con miedo a caer por la ladera hasta el fondo abisal. Los palos de apoyo nos ayudan a asegurar los pasos. Solo los dos nepalis agarrados a las colas de los caballos y tirados por los animales hacia arriba caminan con total seguridad. Avanzar cuesta una enormidad; la mochila parece pesar el doble, o el triple. Solo  avanzo 10 metros seguidos antes de tener que volverme a parar. Seguimos ascendiendo. Quienes van sin mochila disfrutan más de la marcha y avanzan más deprisa, así todo con esfuerzo. Aun no me arrepiento de no haber cargado la mochila en uno de los caballos o en las espaldas de un porteador ya que en el fondo lo que quería hacer era llevar mi propia carga. Milagrosamente aparece una cabaña de piedra donde un tipo extraño nos dan un té a precio de los Campos Elíseos pero que nos sabe a gloria. Y es allí, en ese lugar donde encontramos unas gafas con un solo cristal para Juanpi y, para colmo, otro par con las patillas rotas para Mimi. Pagamos un buen precio por semejantes deshechos pero es la salvación para ellos. Para más inri, cuando aparece arrastrándose el medio difunto Danny, resollando saca de su equipaje otro par que se le había olvidado decir que llevaba. Parece de chiste...surrealismo en las alturas.
Prosigo con mis últimas fuerzas, avanzo en la nieve mareado.
Son las 11'30 cuando llego al paso, al "Torung La". Me reciben con vítores quienes ya han llegado, pero estoy algo aturdido por el esfuerzo. Cuando tomo aire suficiente y descargo la mochila, me siento grande. Recibimos con alegría inmensa a los demás  Laura, Kike, Juanpi, Fer, Mimi, Fran, Danny, Paul, Mike, Marta, Jose y Nadia... el "Gofio Team", ademas de los caballos y los dos tipos rurales y a veces malencarados del Nepal.
Entre las banderas de oración








 tibetanas y la placa que recuerda que este es el paso mas alto del mundo nos abrazamos en el Thorung Pass, a 5416 metros de altura...!!!

miércoles, 25 de mayo de 2011

ANNAPURNAS- 15 JORNADA

A las 7 de la mañana el sol luce con todo su esplendor sobre las cumbres elevadas del oeste de la cordillera mientras el resto de las montañas han de esperar su turno en la penumbra y el frío, con placas de hielo y carámbanos colgantes. Nos ponemos en marcha hacia Thorang Phedi (4450) somnolientos y a tramos, con el infundado temor de que quienes lleguen desde Yakar Tha nos adelanten y nos ocupen las habitaciones. El paisaje es grandioso y a veces hay que estar atento por si hay desprendimientos en las laderas. Hay placas de hielo resbalosas que te pueden llevar de excursión al fondo del río, allá abajo, a lo leejooos!!. Tres horas de marcha y llegamos a Thorung Phedi. Para nuestra sorpresa el alojamiento es fenomenal, de los más bonitos y cómodos, con muy buen rollo, música de Hendrix y Marley y dos comedores agradables y amplios. Un lugar para quedarse mas de una noche a gustito y hacerse el remolón. Ademas, tampoco abusan tanto de los precios, aun siendo un monopolio de la familia "gurung". Me pego la ultima ducha con un cubo hirviendo de agua y una jarra, y espero a que los demás vayan llegando para reagruparnos. Hoy comparto con Paul y Fer.
El dueño es hermano del otro joven gurung que regentaba aquel otro de Yakar Tha e igualmente amigable. Tiene gafitas y rastas. Se le ve culto, inteligente y sensible. Por la tarde, con todos reunidos en el salón se sube a su guitarra eléctrica y Juanpi el fotógrafo canario le acompaña a los jembes percutiendo con maestría  Enseguida se monta una jam session con mas invitados espontáneos de otros paises. Aparece la guapa violinista (sin violín esta vez) canadiense con la que viajé en tren por Hyderabad. Parece que estamos todos. La cosa se calienta y Nadia se arranca a bailar salsa con Juanpi que se muestra un cachondo...El baile de salsa a mayor altitud "du monde". Afuera comienza a nevar suavemente mientras cenamos. Poco a poco nos vamos retirando a las habitaciones. Danny aún





                             resiste

ANNAPURNAS -14 JORNADA

Vuelvo a avanzar con ganas hacia el Torung Pedi y al pasar por Letdar (4200 metros) unos energúmenos pegan brincos y gesticulan por la cristalera de un albergue: son Fran y Mimi (la pareja de jóvenes médicos voluntarios del planeta tierra) y Jose y Nadia. Con todos coincidí haciendo el semi retiro en Pokhara. Me reciben efusivamente y me percato que el grupo ha crecido y ya son 12, de Escocia, Irlanda, Canarias, Barcelona. El ambiente es festivo y me invitan a quedarme con ellos. Pasamos el día jugando a las cartas y esperando a que Danny, el de California, se reponga del mal de altura. Ya le han avisado que si no se recupera para las 5 de esta tarde no podrá continuar y se tendrá que resignar a volverse. Surge un mal rollo con los gerentes del lugar porque no nos calientan el fuego y tenemos frío, por lo que decidimos movernos en masa al otro lugar que está enfrente, y que es mucho más bonito y acogedor. Consigo recargar la batería de la cámara gracias al cargador universal que trae Juanpi y comparto habitación con Fernan. Duermo raro debido a la falta de oxigeno, y sospecho que mi ración se la chupa Fernan entre ronquidos. Surgen extraños sueños incómodos. Danny sigue jodido. Juanpi y Kike han contratado dos caballos a unos tipos medio salvajes que han encontrado por una montaña que tira hacia el Lago tiliko. Estaban acampados en mitad de la nada, en inhóspitos caminos nevados. Después de cerrar el trato se fumaron unos canutos fraternales. 


La cosa se pone seria y todos nos hacemos preguntas sobre las pautas a seguir mañana.

martes, 24 de mayo de 2011

ANNAPURNAS- 13 JORNADA

Reluce un sol esplendoroso sobre el cielo inmensamente limpio y azul. Tengo todas las ganas de ponerme en marcha. A las 8 me pongo en marcha por los paisajes nevados. A las 11 llego a Yakar Tha, a 4050 metros de altura. Estoy convencido de haber aclimatado más que suficiente en estos días obligados pasados en Manang con la brutal subida a 4550 del Ice Lake. Otros optan por caminar hasta el Tiliko Lake(4650) el lago más alto del mundo, en tres jornadas y regresar. El joven "gurung" con el que paso la mañana de charla me ofrece la mejor habitación, la 7, con vistas al mar, de montañas y cielo azul. Tiene el joven 25 años y dentro de 2 se casará con una joven de 23 que sus padres le han buscado. Tiene un hermano monje y un hermano lama en Polare, frente a Kopan. Es bien majo y su familia, de origen tibetano posee los restantes hospedajes hasta el High Camp, por lo que conviene llevarse bien con él. 
Aquí, los nepalies, son muy aseados. Aunque haga un frío que pela sacan los barreños y las mangueras de agua para ponerse limpios. Las larguiiiisimasss cabelleras de las mujeres se remojan y se escurren en la calle como si tal cosa.
Al caer la tarde los albergues comienzan a humear y todos nos reunimos junto al fuego de leña que los titánicos porteadores han acarreado desde varias jornadas más abajo. Gracias. Se recomienda tomar sopa de ajo contra el mal de altura, lo que me hace muy feliz ya que es una de mis favoritas. Afortunadamente el joven mánager me deja un precioso libro del Dalai Lama para leer ya que el que yo traía conmigo se lo regale a Nana con el deseo de que le sentara bien a la sesera cuando les di 


esquinazo magistralmente. Hubo un confilcto en Manang y surgió un mal rollo. Estamos ya a  4000 metros y subiendo...

ANNAPURNAS- 12 JORNADA

Sigue nevando un día más y ya es el tercero. El panorama, aquí bucólico, debe de ser desolador por allá arriba. El cuello de botella debe de estar creciendo porque la gente sigue subiendo y andarán retenidos en Thorung Pedi. Los intrépidos experimentados junto con los optimistas y los apresurados de turno habrán tomado la imprudente decisión de avanzar a toda costa.
Me subo al monte a ver de cerca la morrena del Gangapurna y a oír los crujidos del glaciar en recesión. Dedico el día a la melancolía sin ascender a la siguiente etapa, pues entiendo que Manang sigue siendo mas entretenido que un par de casas desahuciadas con mochileros aburridos reunidos al fuego. Me veo otra peli mala y al volver a mi habitáculo diviso entre las espesas nubes el brillo de las estrellas sobre el fondo negro del Universo, y el pálido resplandor de la luna llena. Parece que despeja. 
Ahora me encuentro dispuesto a partir.



ANNAPURNAS- 11JORNADA

Llueve, nieva. Las cumbres son borrascosas y poco a poco el pueblo se cubre de un manto blanco...jo! Desisto de la idea de continuar hoy la ruta a sabiendas de que ya no coincidiré jamas con mi porteador de 2500 rupias. Quizas ya no encuentre otro. Veo a los grupos partir tristemente, desganados, como a una batalla perdida o al destierro. Me voy a desayunar tan ricamente con un buen libro y una taza humeante de té. Entiendo que más arriba, cerca del paso,  se va a formar un cuello de botella. El tiempo debe de estar horrible, sin ninguna visibilidad, sin la recompensa anhelada de las vistas tras las millas caminadas, solo más frío y desánimo. Me como una tarta de manzana, regalo unos dulces a mi niña favorita, y conozco a Manuel, un tipo lleno de tatuajes que vive en frente de unos amigos en Vallecas. Vamos a la charla sobre el mal de altura del Doctor Click, el que me trató los ojos. El cadáver de un checo con el que hablaba el otro día cuando paseaba con su novia ha sido evacuado en el helicóptero que sobrevolaba las montañas. Era joven y fuerte: 37 años. Pero tenía prisa y quizá no aclimató lo suficiente. Esto es cosa seria, Ya he visto otra
gente volviéndose atrás con síntomas chungos, vómitos,  temblando en







las mesas, con vendajes en las piernas...Recomiendan que aunque veas la cumbre delante de tus narices no subas un solo metro más, que te des la vuelta y desciendas lo más aprisa que puedas, pues el riesgo de embolia pulmonar o derrame cerebral llama a tu puerta, y es mejor no abrirla.
Al salir me topo de frente, como una aparición embutida en sus ropas de nieve, con Nana Lee, la coreana que conocí en Rishikesh hace dos años. ¡Alucinamos ambos! Da saltos de alegría. Viene sudando la gota gorda con un novio italiano y otra pareja coreana. Se vienen a hospedar a mi sitio y allí charlamos durante la cena alegremente. Estar varado en Manang me esta resultando de lo más ameno; ya conozco a los locales de los comercios que me saludan sonrientes. El frío arrecia, me pongo guantes y pantalón térmico; el gorro polar forma ya parte de mi calva día y noche. El pulsometro digital del doctor marca: 95 de oxigeno en sangre y 63 de pulso. Excelente!!!! Me dicen que soy un diésel.

ANNAPURNAS- 10 JORNADA

Estamos a 3600 metros de altura en Manang. El dhal bat cuesta 325, los huevos cocidos calentitos para llevar en los bolsillos a modo de estufa 150 y el té negro 45. Ya veo mejor. El día sale grisoso y aun así he de usar el lápiz labial y la crema solar. Tengo la nariz y las mejillas quemadas y los labios garrapiñados. Caminando me incluyo en la comitiva del lama local y decido no despegarme de la acción  Entramos en un recóndito monasterio donde se descubren los papiros escritos en tibetano por el lama cuando tenía 16 años. Los monjes son diligentes, jóvenes y divertidos y se ponen las mascaras ceremoniales para echar unas risas. Luego le seguimos hasta la casa donde nació. El lama ha aprendido a no emocionarse, pero qué más quisiera...Se encuentra con su anciana prima, de 76 años, se desprende del colorado plumas que









le hace mas gordo y se lo regala, a pesar de que la abuela se niega con palabras y con gestos. Pero entre 4 consiguen disfrazarla y que el maestro culmine la buena acción.  Después reparte sobres con dinero entre algunos vecinos curiosos y terminan de comilona en mi hotelillo junto con otros lamas y algunos patrocinadores occidentales que sobrevuelan estos sagrados cielos en helicóptero,  cuando antes se sobrevolaban levitando.
Estalla una tormenta con rayos y truenos. Los tiempos están cambiando que diría el amigo Bob.

ANNAPURNAS- 9 JORNADA

Abro los ojos y ...¡puedo ver!, en Manang, a 3540 metros de altura. Pero sigo con el colirio y el antibiótico. Como me están avisando que subir el Torung-La es algo despiadado y ya veo que casi todos corren a contratar aquí los servicios de los porteadores, a medida que tal monstruo se acerca empiezo a temblar. Indago por el pueblo para saber cuanto cuesta llevar uno para que cargue la mochila las tres próximas jornadas hasta hacer cima y me dicen que 6000 rupias. No me apetece nada el plan de cargar con un porteador que cargue con mi karma tres días pero tengo muy claro que si el Torung-La es tan duro como el Ice Lake, 5 horas mas largo, mayor altitud y con 12 kilos encima y apenas el 60 por ciento de oxigeno para respirar...me retiro. Para mi eso no es posible. No estoy preparado. Afortunadamente encuentro un porteador que se ofrece a llevarme los trastos ya que tiene que subir de paso los de una pareja australiana. Estos tíos son formidables, asombrosos, de otro planeta, pueden con todo y encima siempre andan de buen humor. Negociamos un buen precio para hacer solo la última jornada, hasta la cima. Los días previos cargaré yo, y con este acuerdo me siento de pronto aliviado del peso futuro y de una posible retirada y vuelta atrás. Sé que van a ser dos jornadas extenuantes en las que voy a conocer límites insospechados y aún está por ver como lo afrontaré.
Paso el resto del día en labores cotidianas: leer, tender la ropa, visitar el museo local y ver una película en un cobertizo con chimenea y con palomitas que trata sobre una catastrófica expedición al Everest donde casi todos la palman trágicamente. Pues vaya ánimos...



"Aloe Vera Jacta Est".

martes, 10 de mayo de 2011

ANNAPURNAS-8 JORNADA- LA CEGUERA DE LAS NIEVES

No pego ojo en toda la noche porque no los puedo tener abiertos, y cerrados tampoco, del escozor terrible que sufro. Como si me hubieran arrojado en ellos arena incandescente a puñados. Ayer subí sin gafas al Ice Lake...y el resultado de semejante imprudencia ha sido que me los he quemado, ni más ni menos. Camino de buena mañana a duras penas hasta Manang, que afortunadamente está a 15 minutos y es un pueblo importante. Allí busco asistencia o medicamentos y como algo propio de un milagro, encuentro la única consulta con doctor en todo la caminata, en toda esta parte de la región de los Annapurnas  El doctos californiano cobra 30 dólares a los montañeros y con los ingresos obtenidos atiende gratis a la población local. Ahora tengo que reposar unos días con el colirio y las gotas de antibiótico que me ha dado hasta que la retina o como se llame se regenere. He de descansar la vista todo lo que pueda. Me hospedo en el Mavi's Kitchen en un pequeño bungalow individual por 100 rupias. Llega al mismo hospedaje el grupo que conocí al principio del trekking: el padre e hijo canadienses, la parejita de australianos y el argentino montañero con la espalda rota de antiguas lesiones cuando hacía animaladas para rendir mejor. Como suponía, los dos porteadores nativos, que son hermanos, ya visten ropas
de montaña nuevas, incluyendo calzado apropiado y no esas chancletas rotas y gastadas con las que pretendían subir a las nieves. Bajo las gafas de sol nuevas sonríen muy felices. Todo el equipo ha sido pagado por el viejo profesor de la Universidad de Columbia, que viaja con su hijo y aun resiste. Bien entendido es un acto de solidaridad y generosidad. Me tomo con paciencia lo de los ojos y aprendo a acertar con las gotas dentro del ojo irritado después de derramar unas cuantas por las mejillas y las cejas.
Al menos hoy puedo conciliar el sueño y mis funestas preocupaciones remiten un poco, solo un poco.