miércoles, 23 de febrero de 2011

TREN A BODHGAYA

Son las 5 de la mañana y subo a un rickshaw para llegar justo a tiempo a la estación de tren. Salgo ya de Varanasi sin ninguna nostalgia y la sensación de haber hecho los deberes. En la estación mas basurero que conozco, con ratas atrevidas. Coincido con Aurora, una jovencita mochilera que viaja solita por la India desde Noviembre. El viaje de madrugada es bastante anodino ya que poco me sorprende después del máster en tren realizado de 50 horas. Compartimos el día paseando por Bodhgaya dejando las mochilas en el Tibetan Om Café mientras buscamos alojamiento, que por fin encontramos a media tarde en un hotelillo llamado Beauty Hotel y que nos cuesta baratisimo: 150 rupias las habitaciones con baño incluido en la azotea. Somos los únicos huéspedes. Todo esta muy cerca de aquí y sin embargo no estamos en el mismo centro, toda una ventaja. Hemos visto unas cuantas habitaciones y de paso conocido a Ingrid, una mujer de Sudáfrica que colabora en una O.N.G y que nos ofrece una habitación sencilla en la misma casa donde ella se queda. Gracias a Ingrid conocemos a Lillian Sum, una mujer de gran energía y cierta belleza, de rasgos asiáticos, pues es originaria de Hong Kong, y nacionalidad británica, que es quien mueve este asunto social. Enseguida me encuentro sumergido en la historia y ya mañana temprano tenemos tareas que hacer. Para mi, es ahora cuando comienza el autentico viaje, algo que ya sospechaba y confiaba que sucedería. Ahora ya veo algo de luz, luz que me atrae como a las polillas ciegas y me pone ante el luminoso y chisporroteante fluorescente del"Beauty Guest House". La ducha de agua caliente me prepara para una noche de reposo y el ánimo vibrante, con el estomago llenito de la mejor comida hasta la fecha y del mejor ambiente.




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