sábado, 19 de febrero de 2011

HYDERABAD- VARANNASI

Desayuno afuera de la estación del tren y de paso me aprovisiono para la larga marcha. Van a ser 1611 kilómetros a sumar a los 420 del tramo anterior, Hospet-Hyderabad. En total casi 50 horas sumando las esperas. Ya empiezo a estar cansado de solo pensarlo. La ciudad amanece en el caos y en el tremendo ruido infernal. Casi deseo partir ya.
A las 10:30 salimos hacia el Norte. Me entretengo con un libro interesante sobre la India y con el paisaje, pero nada es igualable al entretenimiento que sucede en el interior del tren:
Vendedores de naranjas, de uvas, de cacahuetes, de samosas, de cadenas para amarrar el equipaje, de chai, de café  de bebidas frías, de calcetines, pañuelos, cacerolas, de cosa picante para comer, de snacks, de lassi; manos que entran en las paradas por los barrotes de las ventanillas ofreciendo chucherías ..Todos con su particular jaculatoria repetitiva como un mantra personal.



Visitas de pedigueños, de Babas y Shadus, de ciegos y lisiados, de niña cantora con tambor y cabeza giratoria con sombrero campaniforme y colgajo giratorio al compás, travestidos adolescentes alegres, bulliciosos y sensuales que aplauden y te acarician la barbilla, señores apenados con foto de familiar enfermo, sordomudos, congregación de señoras rústicas cantantes, circense que se come una serpiente y que viaja junto al finlandes en el otro vagón...en fin, toda la India ha estado representada en este microcosmos, en estas horas de traqueteo, incluyendo a una joven mamifera y a su maleducado esposo con un niño de ojazos pintados de negro que mete miedo y que tengo de frente. El amigo Yogesh Parvez, con el que he tenido buenas charlas y vuelve al pueblo para ver a su familia, regresará tres días después tras un año sin poder verlos.
Pedimos la comida y la cena que nos es servida en recipientes de aluminio por un empleado del tren. resulta buena y es baratisima. Comemos al tran- tran en el tren- tren por este país inmenso y diverso.
Llegamos a Varanasi a las 4:30 de la tarde. Y unos avispados conductores de rickshaw nos la juegan al finlandes y a mi con una novedad: nos llevan a un hotel mochilero recomendado por famosa guía solitaria, pero resulta ser un sitio que se aprovecha de la fama del autentico y que le ha suplantado el nombre: Old Yogi Lodge, donde "old" esta borrado y suplanta al autentico, y es "una puta mierda" a 20 minutos de los "gaths" por una demencial avenida llena de tráfico incesante que parece que a uno le han metido en las barracas en plenas ferias del infierno, algo insoportable y continuo, lleno de ruido y de furia y de riesgo y milagros, con vehículos y peatones rozando el umbral del desastre . Pero esto es Varanasi.







 y merece una nueva entrada. No sé porqué no tengo las fotos de los trenes...una pena!!!

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