domingo, 6 de junio de 2010

ESTAMBUL 3























He descubierto Kadikoy, una zona de Estambul llena de vida, en Asia, toma ya. Básicamente está frecuentada por locales, algunos profesores de ingles y algún turista perdido. La zona del embarcadero de Ferrys esta llena de puestos callejeros y desde el próximo conservatorio de música se escapan las notas a la calle para confundirse con las bocinas de los barcos que como trombones de varas hacen sus pinitos en la rítmica partitura de la vida. Hay tiendas de libros y discos de segunda mano, de cómics, de antigüedades y almonedas; cafés y restaurantes con conciertos y algunas galerías de arte. Me explican que eso es porque es un barrio socialista y me callo. Hay ahora conciertos en el paseo marítimo y una pequeña feria con una veintena de puestos coloridos. El grupo que toca esta compuesto de 8 músicos. Su repertorio esta basado en la música tradicional turca, de gran belleza y ritmo. Las gitanas balcánicas que venden flores y que son mas feas que las patatas viejas se arremolinan ante el escenario al aire libre y comienzan a contonearse con gracia y convulsos golpes de cintura. Entonces acude más público y todos somos cautivados por su atrevimiento y desparpajo; incluidos los propios músicos. Se ganan por unos minutos el respeto y la atención de los presentes y por ultimo el aplauso merecido de todos. Estrellas por un día, fugaces. En la imponente estación de trenes de Haydarpasa, palacio de principios de siglo de estilo Neo Clásico Germánico Atómico, regalo de un Kaiser a un Sultán, se están celebrando interesantes propuestas escénicas: danza contemporánea sobre andenes, conciertos de música europea balcanizada, proyecciones vanguardistas sobre la fachada al anochecer, teatro y pelis en la gran sala de espera de la estación...A ver si siguen así el 2011. Como no sabía nada de todo esto lo disfruto el doble. Los otomanos vuelven a la carga con sus ropajes y sus músicas potentes. ¡Que divertido! En el ultimo concierto de la noche han arrojado mas de 80 grandes cojines de colores sobre el suelo de la estación y al final todo el mundo se ha levantado a bailar espontáneamente con gran jolgorio y alegría. Nunca había visto antes una estación de tren tan divertida. Mañana más. Ya no me sacan de Kadikoy, ya que solo me queda un día antes de partir.
Pero hay pasajeros vestidos de luto a los que no veras divertirse nunca y que parecen dar la espalda a la alegría...



 de la vida.

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