domingo, 6 de junio de 2010

ESTAMBUL 2






La primera noche ha sido animada porque Kemal nos ha organizado una cena con sus amigos y ya de paso despedimos a Diana que se vuelve a Moscú. El restaurante esta en Taksim: el punto de ebullición. Caminas entre la gente por esta gran vía y 
parece que se esté celebrando algo, un acontecimiento histórico,  como si a todo el mundo le hubiera caído un pellizco de la lotería y salieran con ganas a gastarlo. En la cena aparece sorpresivamente el siciliano Andrea que conocimos en Valle de las Mariposas y que se va a quedar con nosotros esta noche. Se bebe "raqui", la bebida nacional que es un licor anisado al que se le mezcla agua. Lo curioso es que no lo hacen a los postres sino que le atizan desde temprano a modo de aperitivo. Al final de la cena somos los que mas gritamos y eso me trae recuerdos de España. Diana se despide toda triste con su bolsa de regalos: básicamente cosas que beber y comer compradas en el Gran Bazar que para su asombro ha resultado tranquilo y respetuoso. Lo ha disfrutado como nunca y cuando se ha relajado se ha atrevido a regatear con cierta confianza y buenos resultados. Para m,i que es la primera vez, me gusta, y me parece que habrá otra visita por mi cuenta. Los comerciantes, muy al contrario de lo que había oído y leído  son amables y sonrientes sin acosar. A veces lo que desean es que les prestes tu atención unos segundos y una vez realizado su trabajo ya te puedes alejar con una sonrisa. Todos contentos. Buenas charlas con algunos vendedores y detalles dignos de mención. Quizá han sido adoctrinados porque Estambul esta siendo la "capicultu"del 2010.
Pensaba que la marcha en Taksim duraba solo el fin de semana pero, que equivocado estoy: aquí hay movida a diario. Ahora, además, hay algo de jaleo extra pues se suceden las demostraciones de repulsa por la muerte de 9 ciudadanos turcos en un ataque a un barco con ayuda humanitaria que se dirigía a Gaza. Las medidas de seguridad que la policía toma son tan abrumadoras que a uno se le quitan las ganas de decir"jolines".
Hay como 2000 bares y restaurantes y los comercios parece que no cierran nunca. La gente es guapísima como una élite acomodada dentro de Turquía. Abunda la juventud y todos procuran ir a la moda. Hay locales para todo tipo de público, y en ellos puedes quedarte hasta la madrugada porque no hay problema para encontrar taxi o "dolmus" colectivos de vuelta. La noche parece muy segura en las zonas concurridas, y no hay escandaleras ni peleas; por lo que he visto. Andrea y Kemal, como osos beodos, llegan a las 5 con dos botellas de "Yeni Raki" de más pero no les tengo que acostar, esta vez.











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