martes, 8 de junio de 2010

BULGARISTAN

Cruzo de noche la frontera de Bulgaria en un autobús nocturno con destino a Plovniv, pero que me lleva hasta Sofia porque así lo ordenan los jefes del bus; me da igual. Después de tramites aduaneros y algunas preguntas capciosas para verificar que no soy un agente secreto o "queseyo" admiten que soy un turista con pasaporte en regla y continuamos adelante. En Sofia todo esta en cirílico, ¡que lio, madre! Encuentro alojamiento en el Art Hostel situado muy céntrico, con jardincito y ambiente bohemio. La cama en el dormitorio de altos techos cuesta 15 euros y solo estamos tres; por ahora. Abajo, en la planta subterránea hay salitas y un bar; todo muy "underground" con pinturas y fotos y algún concierto.
Salgo a aprovechar el soleado día y me atiborro de fruta baratisima en los puestos callejeros: cerezas, fresas, ummm! Hago una visita al Politecnico; muy ordenado y eficiente. Luego encuentro el Museo de los Uniformes; instructivo y didáctico. Saco unas fotos al Obelisco; proeza de granito socialista-realista. La Casa Museo del autor de "Bajo el yugo" transmite una profunda idea del marxismo ferroviario. Por si esto no fuera poco , entro en la "Escuela de Envoltura" del afamado Kristo. En el primer año de curso envuelves un trailer y una estacion de trenes en el segundo, y al acabar terminas envolviendo un acorazado del Mar Negro. La estatua al soldado desconocido me decepciona porque Lovatov no ha conseguido encontrarlo para su familia.En los parques se juegan intensas partidas de ajedrez; el tiempo corre en los relojes: maxima concentracion... el músculo cerebral suda la gota gorda que cae sobre un triste peón en paro cuyo destino depende de un señor que fuma en pipa.
A ratos parece que estoy en mi barrio porque muchas calles adolecen de encanto. Pero los tranvías me despejan las dudas y siguiendo su ruta voy encontrando las sorpresas de la ciudad. Continuo caminando porque todo esta cerquita y ya consigo tener el mapa y la orientación en mi cabeza para mañana atacar mas a fondo a Sofia por la entrepierna. Mientras tanto me contento con charlar con las camareras de un café muy guapo...como ellas.
Hoy es el día siguiente y Sofia no me ofrece nada mas en particular. Me siento como en Torrelavega en un dia soleado. Así que mañana me piro de aquí, hacia unas montañas con pedruscos interesantes: Belogradchik; a respirar oxígeno y admirar estrellas. En el café de ayer de las chicas bonitas Gala me cuenta en español perfecto que pasará el verano en Oviedo con su novio y que trabajará en la Universidad. Y le asombra que sea español de lo bien que hablo inglés, porque en España nadie habla bien inglés y en la Uni solo tres profes hablan algo. Lo escucho en todos sitios y debe de ser cierto. Esta es la crisis de un país que vive del turismo sin hablar idiomas y que no inventa nada ni tiene patentes. Mi hermana me soltaría ese rollo de Ramon y Cajal y la fregona y el Chupa- Chups...nada, que todo lo solucionamos metiendole un palo a algo o a alguien; al jamon de bellota o a un ordenador portátil, que más da.








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