viernes, 23 de octubre de 2009

AY DALAI !!!!



Una larga fila de gente agolpada esta apostada a un solo lado de la calle Temple a la espera de que llegue el Dalai Lama. Me busco un hueco y no pasa mucho rato cuando aparecen coches rodando rapidamente por la calle y los agentes de seguridad se tensan observando cada movimiento sospechoso. Un Mercedes verde entra en la calle y surgen los vitores. Las personas aqui reunidas elevan entre las manos, suaves y sedosas telas blancas en senal de ofrenda. Yo me sigo sonando los mocos con mi panuelo porque me es inevitable, y por fin le veo, sonriente el por la ventanilla.
En un visto y no visto, como en la caravana de Bienvenido Mr Marshall, todo ha sucedido y la gente se dispersa sin que se haya operado milagro alguno en los tullidos, ni en los creyentes de a pie.
Me voy a ver que pasa con las clases de espanol y ahora resulta que nadie sabe nada:rumores.
Me saco el permiso oficial para seguir las ensenanzas del Dalai que comienzan manana y ceno en un japones que me han recomendado y cuyas ganancias revierten en La " Ghu Sum Shou" o parecido, que es la organizacion de los refugiados politicos.
Al dia siguiente , con la tenue luz de la madrugada, llamo a Clare y salgo del hotel con ella(parece que se encuentra ya bien) para coger sitio en el templo. Al llegar vemos que toda la superficie del suelo esta cubierta de cojines, esterillas y mantas y que hay zonas acotadas para grupos especificos. Por lo que parece vamos a ubicarnos fatal a pesar del madrugon. Sin embargo apostamos por una zona y acertamos de lleno ya que es por ahi por donde pasa el Lama Oceano (dalai, en mongol) y le podemos tocar la ropa y todo, pero yo sigo con mis mocos y no quiero pringarle.
Las ensenanzas comienzan y para hacerlas mas amenas decenas de jovenes monjes corren por entre los pasillos de gente llevando pesadas teteras cargadas de te con mantequilla hirviente y panes tibetanos que reparten entre todos los asistentes, que son al menos un millar.
Las 4 horas de ensenanzas se rerparten entre la manana y la tarde y en ese entreacto la gente, de diferentes pelajes y colores, algunos parecen rescatados de la Edad Media, se explaya al sol en los jardines y en el suelo comiendo lo que gratuitamente se les
ofrece en forma de sopas y arroces.
Es un gran expectaculo, sin duda. Pero no me he enterado de casi nada a pesar de llevar la radio con la que oir la traduccion al ingles. Las piernas andan renqueantes de las horas que las he mantenido plegaditas haciendome el fuerte e impasible ante el dolor.
Pero al menos he vuelto a ver al hombrecillo este que tan famoso se hizo por aquella cancion de Mecano llamada"Ay Dalai".

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