El vuelo VS 300 de la Virgin Atlantic, del popular y mediatico millonetis Richard Branson despega con britanica puntualidad del aeropuerto de Heathrow enfilando el morro hacia Nueva Delhi y a mi lado, una jovencita punjabi que es novata en el uso de la maquina del tiempo y a la que ayudo en los apuros que se encuentra: manejar el mando multimedia, bajar la bandeja, reclinar el asiento, desabrocharse el cinturon de seguridad...Es muy maja y sonriente y atesora nombre de heroe galactico o de moto ultima generacion: Rajwinder Gaur. Trabaja en un supermercado Tesco de Londres y regresa a casa dos semanas para disfrutar de la familia y del "Devali", una gran celebracion india donde todas las casas se llenan de luces por eso que todos buscan a oscuras y a tientas:la iluminacion.
Afuera consigo ver la luna llena reflejada en la metalica ala del avion 16000 pies mas cerca de lo que acostumbro pero no alcanzo a ver el mastil de la bandera que los intrepidos navegantes le plantaron en el orto 50 anios atras.
Ya en la terminal de llegada entablo amistad con un tipo veterano en la India con el que me adentro por las callejuelas de Pahargang. Es muy amable al acompaniarme a los hotelillos que el conoce de otras veces. Se llama Simos Weiz y es fotografo. Esta radiante de contento porque le han dado 600 euros y un billete nuevo de avion por haber sufrido el temido, por otros viajeros mas apurados de tiempo, "overbooking".
Decido quedarme en un hotel mejor de lo que acostumbro para contrarestar en la medida de lo posible el efecto "aterrorizaje"en la India. Las calles caoticas, los olores a orines y a inciensos, la contaminacion acustica y la polucion del trafico infernal. Estoy en pleno "mogollon" y al contrario que en mi primera vez en este pais, lo disfruto, quizas porque se que en dos dias me las piro.
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