miércoles, 7 de octubre de 2009

PAHARGANG

Veo pasar ante mis ojos una delirante pelicula: salen por la izquierda y la derecha, como surgiendo de la nada, extranios artefactos, ricksaws petardeantes, triciclos cargados de humanos tirados a fuerza de rinion y pedal por famelicas y esforzadas piernas oscuras, vacas sagradas esqueleticas que se alimentan de la celulosa de los cartones y que miran con sus ojos negros desde una profundidad insondable, zapateros con sus cajas de betun y sus trapos al hombro, ancianos doblegados por el destino, mendigos harapientos, renunciantes, fabulosos bueyes blancos tirando de igualmente fabulosas carretas cargadas de sacos en cuya cumbre un hombre se sienta con un panuelo flojo y sucio a la cabeza y una larga vara, motociclistas llevandose a toda la familia a la grupa, mujeres de coloridos saris y jovenes presurosos desganitandose con el telefono movil, mochileros pasmados, hermosos turbantes y largas y cuidadas barbas blancas, carromatos con cargas imposibles e inverosimiles... Todo se cruza en este angosto canion qu es la calle de Pahargang, como dos torrentes que arrastran lodo, barro, piedra, palos, gentes, animales, suenios, dolor y alegria de un modo interminable en este drama de la vida, rozando la colision y el cataclismo milagrosamente. Y sin embargo fluye. Los gritos de los comerciantes, los diferentes sonidos angustiantes que se cuelan por tus venas y arterias, de las bocinas, de los timbres, de los motores de combustion, y por el olfato, los olores igualmente amalgamados de las comidas especiadas y picantes, de los inciensos, de los orines, de las gomas y plasticos ardiendo.
Sigo observando el devenir de este espectaculo, de esta representacion teatral cuyos protagonistas se mueven sorteando el caos, inconscientes de la obra que representan.
De noche todo se apacigua durante unas breves horas y entonces le toca el turno a los perros vagabundos para hacerse oir. Cruzan las avenidas principales, ya que es de dia cuando mueren en el intento.

1 comentario:

lilaberger dijo...

Hola Pedro! Soy tu acompañante por librerías y bares del centro de Madrid…no puedo hacer todavía comentarios a tu texto porque ha sido como un chorro de pintura a la cara y todavía no he podido digerir el color. Pero supongo que te sorprenderás de mi otro comentario: me apetece devolverte la visita y ser yo la que te acompañe unos días. Serían diez días más o menos a principios de noviembre. Bueno. Después de lanzarte la noticia bomba…ya hablamos del tema….bessss