sábado, 27 de marzo de 2010

BUCEANDO ANDO

Tamer es nuestro instructor de buceo para el curso avanzado. Es un joven de El Cairo que lleva aquí en Dahab 13 años, aunque ahora se va a estudiar a Berlin con su novia alemana.
Mi compañero de inmersiones es un chaval japonés de Yokohama que se llama Atsuhito y estudia económicas en Inglaterra.
Estoy retorpe con el equipo. Se me olvidan todos los protocolos y parece mentira que así ande todavía. Tamer es muy paciente conmigo y se dedica a desenredar los líos que monto, creo que piensa que le estoy vacilando. Parece que ensayo un numero cómico del Tricicle...¡qué espanto!...¡jajaja!
Siempre sufro la presión el primer día de inmersión y este no es una excepción. Me cuesta bajar y me duelen los oídos un montón, me agobio y no disfruto de todo lo que sucede a mi alrededor acuático. Poco a poco me voy sumergiendo hasta los 18 metros y entonces comienzo a disfrutar algo más.



Cuando ascendemos y recogemos el material me sigo sintiendo mal, peor; me sangra la nariz y paso el resto del día con náuseas, ganas de vomitar y dolor de cabeza. Siento la presión dentro como burbujas de pensamiento acumulado que se niegan a marchar y duelen.
Desde la terraza del Penguin dejo que la brisa del mar me refresque, salen las primeras estrellas. Eso sí, todo lo que he visto bajo el agua es de una belleza inigualable...

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