martes, 24 de mayo de 2011

ANNAPURNAS- 11JORNADA

Llueve, nieva. Las cumbres son borrascosas y poco a poco el pueblo se cubre de un manto blanco...jo! Desisto de la idea de continuar hoy la ruta a sabiendas de que ya no coincidiré jamas con mi porteador de 2500 rupias. Quizas ya no encuentre otro. Veo a los grupos partir tristemente, desganados, como a una batalla perdida o al destierro. Me voy a desayunar tan ricamente con un buen libro y una taza humeante de té. Entiendo que más arriba, cerca del paso,  se va a formar un cuello de botella. El tiempo debe de estar horrible, sin ninguna visibilidad, sin la recompensa anhelada de las vistas tras las millas caminadas, solo más frío y desánimo. Me como una tarta de manzana, regalo unos dulces a mi niña favorita, y conozco a Manuel, un tipo lleno de tatuajes que vive en frente de unos amigos en Vallecas. Vamos a la charla sobre el mal de altura del Doctor Click, el que me trató los ojos. El cadáver de un checo con el que hablaba el otro día cuando paseaba con su novia ha sido evacuado en el helicóptero que sobrevolaba las montañas. Era joven y fuerte: 37 años. Pero tenía prisa y quizá no aclimató lo suficiente. Esto es cosa seria, Ya he visto otra
gente volviéndose atrás con síntomas chungos, vómitos,  temblando en







las mesas, con vendajes en las piernas...Recomiendan que aunque veas la cumbre delante de tus narices no subas un solo metro más, que te des la vuelta y desciendas lo más aprisa que puedas, pues el riesgo de embolia pulmonar o derrame cerebral llama a tu puerta, y es mejor no abrirla.
Al salir me topo de frente, como una aparición embutida en sus ropas de nieve, con Nana Lee, la coreana que conocí en Rishikesh hace dos años. ¡Alucinamos ambos! Da saltos de alegría. Viene sudando la gota gorda con un novio italiano y otra pareja coreana. Se vienen a hospedar a mi sitio y allí charlamos durante la cena alegremente. Estar varado en Manang me esta resultando de lo más ameno; ya conozco a los locales de los comercios que me saludan sonrientes. El frío arrecia, me pongo guantes y pantalón térmico; el gorro polar forma ya parte de mi calva día y noche. El pulsometro digital del doctor marca: 95 de oxigeno en sangre y 63 de pulso. Excelente!!!! Me dicen que soy un diésel.

No hay comentarios: