martes, 24 de mayo de 2011

ANNAPURNAS- 10 JORNADA

Estamos a 3600 metros de altura en Manang. El dhal bat cuesta 325, los huevos cocidos calentitos para llevar en los bolsillos a modo de estufa 150 y el té negro 45. Ya veo mejor. El día sale grisoso y aun así he de usar el lápiz labial y la crema solar. Tengo la nariz y las mejillas quemadas y los labios garrapiñados. Caminando me incluyo en la comitiva del lama local y decido no despegarme de la acción  Entramos en un recóndito monasterio donde se descubren los papiros escritos en tibetano por el lama cuando tenía 16 años. Los monjes son diligentes, jóvenes y divertidos y se ponen las mascaras ceremoniales para echar unas risas. Luego le seguimos hasta la casa donde nació. El lama ha aprendido a no emocionarse, pero qué más quisiera...Se encuentra con su anciana prima, de 76 años, se desprende del colorado plumas que









le hace mas gordo y se lo regala, a pesar de que la abuela se niega con palabras y con gestos. Pero entre 4 consiguen disfrazarla y que el maestro culmine la buena acción.  Después reparte sobres con dinero entre algunos vecinos curiosos y terminan de comilona en mi hotelillo junto con otros lamas y algunos patrocinadores occidentales que sobrevuelan estos sagrados cielos en helicóptero,  cuando antes se sobrevolaban levitando.
Estalla una tormenta con rayos y truenos. Los tiempos están cambiando que diría el amigo Bob.

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