viernes, 6 de mayo de 2011

ANNAPURNAS- 3 JORNADA

10-O5-11

A las 5'30 suena el despertador. Remoloneo antes de poner en orden la mochila y decidir de qué desprenderme esta vez. Le toca el turno al champú y al microondas y a una vela grande como un cirio procesionario. En el retrete suelto algo más de lastre y por fin salgo a caminar como las cabras.
Comienzo jovialmente la etapa hasta que la primera cuesta se me planta enfrente y los sudores surcan mi frente sin limpiaparabrisas. Luego la senda se hace dócil y las recuas de caballos cargados de sacos se cruzan por el angosto camino apretándome contra las paredes. El río desciende salvaje y caudaloso, lleno de ruido y de furia, congelado. De tanto en tanto surgen cascadas trayendo aguas de las cumbres. Unos diminutos hombres trabajan laboriosamente en la faraónica calzada que se pretende abrir por la otra orilla recomiendo las rocas y percutiendo con martillos neumáticos: el progreso...? Apalancan las rocas que se precipitan con gran estruendo sobre el cauce del río  Al llegar a Tal (lago) el ejercito detiene nuestra marcha hasta que una sucesión espectacular de voladuras con dinamita termina de reventar unas imponentes rocas. "Tal" es un bonito valle ocupando el lugar de un extinto y antiguo lago. Hay casitas y puestos de comida y algún lugar donde quedarse. Aquí me zampo unos "momos" por 220 y una cerveza local bastante cutre por 70 rupias antes de proseguir la jornada. Se sienta a mi lado el responsable de las voladuras y charlamos en inglés mestizo de cuestiones diagonales y tangentes.
El sol ya no golpea tan fuerte como a mediodía. Relleno la botella de agua en un puesto potable por 40 rps y muevo los pies adelante. A eso de las 3 llego a Danidunda realmente cansado. Veo como un porteador carga los bultos de unos coreanos con el apoyo de su frente. Son 25 kilos y el tipo todavía sonríe...y eso que no mastica hojas de coca. Están hechos de otra pasta y la gasolina con la que funcionan consiste únicamente en platos de Dal bat ( lentejas y arroz con verduras).
En el Eco hotel me hospedo por cien pesetas. Cada vez veo mas gente aquejada de molestias físicas y problemas intestinales. Los porteadores tienen mas trabajo a partir de aquí y no resulta posible contratar los servicios de caballos y mulas que acarreen los bártulos porque se trata de proteger este trabajo esforzado que alimenta la




escasa economía de estos individuos de otra galaxia.
He terminado una tableta de chocolate y resto 200 gramos de peso. Hace fresco y estreno el forro polar. Me quedo con la cremallera en la mano...su p...!!! Cada vez mas adentro de las montañas  desentrañando sus secretos. Desde la oscura habitación veo llamaradas en la colina. Arde la hierba en la noche, danzando la dorada danza como en un ritual mágico allende los tiempos...

No hay comentarios: