miércoles, 11 de noviembre de 2009

MAESTRO MEDICINA

Sonam me coge numero para el afamado y venerado anciano Doctor Yeshi Dhonden, medico del Dalai Lama, pero como no esta porque esta muy mayor me toca el turno con su sustituto. Espero un monton hasta que por fin me toca entrar en la consulta junto con otras 15 personas apiniadas. De uno en uno van todos sentandose frente a el y con una rapidez inaudita les toma el pulso y les pasa una receta. Entiendo que recomienda de modo general no beber Pepsi, no comer comida picante, no tomar cafe y no comer helados. Cada uno le cuenta su problema, hombres y mujeres, sin sentir ninguna verguenza, delante de todos. Se pasa mi turno y entran otros 15 nuevos pacientes. Estoy alucinado sentado junto al doctor, haciendo un master casi. Cuando acaba con la remesa me pregunta por fin si tengo la muestra de orina. Me dice que la saque y algo mas mientras se levanta y sale de la sala dejandome de nuevo a solas por segunda vez .Creo que le he entendido que la saque y me la beba. Sonam no me ha dicho nada de esto. Miro la botella con aprension. El medico anda atareado y no se anda con miramientos y pienso que es mejor que lo haga de un trago antes de que regrese y me monte una bronca. Pero no termino de desenroscar el tapon cuando vuelve, me la coge de la mano y se la lleva. Entran otros 14 pacientes que vienen desde el Punjab e incluso mas lejos. El doctor mira las radiografias a la luz de la fluorescente y repasa casi sin leer todos los informes que se le ponen delante; rapidamente te endosa la receta. Por fin llega mi turno y le digo que tras un Panchakarma sigo con extrenimiento. Me dice que el Panchakarma sirve solo cuando el cuerpo esta fuerte, por lo que deduzco que el mio no lo esta. Me hace la receta y a correr. Todo el rato he sentido la sensacion de estar robandole el tiempo a esta gente que tanto necesita de estos doctores que no cobran la consulta, solo las medicinas cuando se las quiere comprar. Pero en fin....algo malito debo de andar para que me de medicinas en forma de bolitas. En este confio mas que en el otro del panchakarma, sobre todo al ver la gran afluencia de gente sufriente que viene de tan lejos.
Voy a comer al Gakyi y la seniora que tanto caracter tiene, que no parece tibetana, se sienta a mi lado porque me recuerda de cuando iba alli con David y Sonam a dar las clases y me suelta toda su vida. Siento que me estima y eso que, como ella mismo dice, enseguida expresa su estado de animo con la gente que no le trasmite buen rollo, doy fe. Tiene tres hijos; la mayor estudia medicina, como su marido que acaba de entrar por la puerta. Y quien entra es el mismo Doctor que casi me hace tragar mi propia orina hace unas horas. Vaya por donde!!

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