domingo, 29 de noviembre de 2009

HANGIN OUT IN RHISIKESH






las 5.15 de la mañana me despiertan los cantos devocionales y la música que provienen del otro lado del Lakshman Jula. Toda una maravilla de despertar. En este antiguo ashram ahora se alquilan las habitaciones a diferentes precios que oscilan entre las 150 y las 800 rupias. Yo he tomado el camino del medio y  pago 450. Me encantan las vistas sobre el Ganges desde el balcón y la amplitud y luminosidad de la habitación. El lugar se llama Sant Sewa Ashram y ofrece además servicio de restaurante, clases de yoga y masajes; estos dos últimos de muy escasa calidad, por cierto. Veo a los devotos bañarse en el río y derramar con vasijas el agua sagrada ritualmente; otros más prácticos se la llevan en botellas a sus casas, allá en donde vivan. Hay estos días un festival de yoga y música con un programa de lo más variado pero que ya esta finalizando. Las actividades son gratuitas y uno comienza a conocer un poco a los intrépidos buscadores espirituales y a los maestros aquí reunidos. Después del festival tomo una clase en el Parmath niketan  donde aprovecho para ver el "Aarti" que se desarrolla a diario en las escalinatas del río ante las estatuas de Siva y el carro sagrado. Se canta con fervor ante el fuego ceremonial y luego se arrojan al agua bandejas de flores iluminadas con una vela que navegan Ganges abajo cuando el sol ya se ha ocultado y la noche extiende su manto, ¡oh!. Surge un encuentro casual y unos desconocidos me invitan a una fiesta en la playa con guitarras, tambores...hoguera. Lo pasamos bien con una canción inventada por un checo que mañana dará una clase de yoga aquí en la pla
ya ribereña. Seguro que es buena clase, me da que sí.

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