Por fin llego a una aldea bonita y amable, con casitas y caminitos senderiles. Las gallináceas corretean con sus polluelos, los yaks pacen impasibles, los escolares de uniforme azul de la escuela municipal se cruzan con los de uniforme rojo de la privada sonrientes y cariñosos saludándote con un "namaste" y las manos en oración . No lejos las majestuosas montañas del Himalaya y su tercera montaña más alta nevada acompañada de otras que le quieren igualar.
Otro día subo de caminata al monasterio Dodli, el mas antiguo de Sikkim, y soy afortunado de ver una bonita celebración con trompetas y tambores; aunque yo prefiero al gran Thelonious Monk como monje inspirado.
Vuelvo al siguiente día para ir a clase de matemáticas con los monjecitos infantiles y paso más tiempo en clase a gusto del que yo pueda recordar de mi vida escolar. Estoy tentado de irme de autentica caminata expedicionária con yaks hacia Dzonri, el lugar más próximo al Kanchenjunga, o como se diga. Pero solo salen parejitas canadienses o alemanas y no me enrolla el plan de ir de escopeta. Por otro lado no cuento con equipo, ni ropas, ni botas adecuadas... Tendría que alquilarlo a la empresa de trekks. Paso. Dedico los días a caminar de aquí por allá. Leo libros abandonados en el fondo de la mochila. Estos días de lluvia los paso en el cuarto y de este modo plácido descanso de todo lo que traigo de la India y me purifico algo, por fin...
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