martes, 25 de noviembre de 2008

CUANTO CUENTO 2

En el país de las trolas llevaban tan a bien el que se les llamara troleros a sus habitantes que a la larga se había convertido el calificativo en gentilicio y así eran conocidos por el resto de países y reinos sin que mediara menosprecio alguno de por medio. Pero hubo un día en que un vecino mintió y el país al completo quedó conmocionado y aturdido,como si sobre ellos hubiera caído un manto opaco que impidiera filtrar la alegría del sol y lo llenara todo con un apagado y contagioso murmullo de vergüenza. Porque la mentira había nacido de uno de ellos era por lo que se evitaba repetir su contenido;tal era la infamia y mucho menos nombrar al autor,que a partir de aquello quedó sumido en el mayor de los abandonos sociales jamas visto. En los bares de tertulia,en las familias bien avenidas,en los foros de opinión y así en tantos otros lugares propicios para desmenuzar una noticia se evitaba tratar el tema por el espanto que producía creer que repetir la mentira redoblaría,como un dragón,su poder devastador;porque la mentira siempre había sido considerada producto de la cobardía,una bajeza moral y aun peor,una completa falta de imaginación,traidora a la fábula,a la tradición,a los ancestros comunes,a la poesía y a la magia.
Primero fue la vergüenza pero después sobrevino una gran aprensión fundamentada en la creencia de que los demás países pasarían a llamarles "mentirosos" en lugar de "troleros"como hasta ahora había sido y se olvidara para siempre la riquisima tradición de trolas finamente elaboradas,tan hermosas,de tantas variedades y estilos con sus arabescos y sus sinfónicos laberintos oníricos;emocionantes en todo caso.
Por ejemplo:un niño que llegara tarde al colegio porque se había distraido viendo los dulces en el escaparate de una pastelería se disculparía ante el maestro contándole desde el estrado y en alta voz como se había visto rodeado por unos perros callejeros en un callejón estrecho y sin mas salida y a continuación describiría con todo lujo de detalles como eran los ojos sanguinarios y en ascuas de los canes llenos de cicatrices y como erizaban sus lomos entre amenazadores gruñidos por lo que iba a ser una batalla territorial en toda regla entre dos bandos. Y también como había recordado que dentro de la maleta de libros llevaba unas cuantas pelotas de tenis recogidas al otro lado de la valla del Club Atlético y de como se las había ingeniado para hacerlos jugar con ellas y convertirlos en buenos amigos que meneaban la cola y corrían de un lado a otro presos de júbilo perruno. Luego diría que los sudores de miedo le habían abierto el apetito y al pasar por la pastelería se había conformado con contar hasta doce los pasteles que se comería. Inefablemente,la disculpa del niño vendría decorada con toda suerte de onomatopeyas,gestos terribles y alegre resolución y se da por supuesto que el maestro,complacido, le perdonaría e incluso que sería vitoreado por toda la clase. Todas las artes escénicas eran validas con tal de mostrar "veracidad" salvo que se cayera en el peor de los defectos,que no era otro que "la sobrealimentación"del relato.
La clase política no existía por innecesaria y por la certeza de que esos tipos solo conseguirían lastrar hasta el fondo la reputación de las trolas como sucedía en los demás países. Los periódicos salían semanalmente y se convertían en objetos de coleccionista agotándose las tiradas por el alto numero de subscriptores allende las fronteras;y la mayor fuente de empleo era la de servir en el cuerpo diplomático como cónsul,como representante cultural o bien en cualquiera otro cargo aunque fuera simbólico con tal de cubrir la demanda,no ya de los países,si no de regiones a veces tan remotas que para encontrarlas los diplomáticos tenían que desplegar mapas cartográficos prestados por el Estado Mayor cuya misión,de paso,solo parecía consistir en dicho asunto.
Por eso, el día que alumbró la infamante mentira tuvo los efectos de una bomba nuclear. El mercado de valores se tambaleó y el mundo se preguntaba extrañado por lo que sucedía. Los teléfonos echaban humo de sonar y en las aduanas se revisaba mas que nunca como para evitar que la mentira saliera del país y traspasara las fronteras. La nación entera,al unisono y comandada por un sentimiento del deber digno de grandes batallas se dispuso en secreto a sofocar el poder de la mentira latente y se comenzó a ponerle cerco contando los mas extraños sucesos jamas contados,construyendo trolas como catedrales,con el ornato de los artesanos expertos y la finura de los mas elegantes compositores. Los marineros comentaban a viva voz los emocionantes cantos de ballenas con los que sus oídos se habían deleitado y trataban de imitarlos ante la multitud congregada en el puerto;los agricultores de cierta región venían al pueblo con las muestras del meteorito que decían ocupaba una extensión de un campo de petanca y lo describían como un puño del que sobresalía apuntando al cielo un supuesto dedo medio;un erudito llegaba sofocado a la Real Sociedad De Artilugios trayendo consigo el pergamino manuscrito que desentrañaba de una vez por todas el enigma de la civilización afgana; y los científicos conseguían en laboratorio demostrar empíricamente que las mujeres son fotones que se comportan como ondas y que los hombres son fotones que se comportan como partículas. Y hasta que la famosa mariposa cuyo aleteo podía originar un terremoto en la China pertenecía a una especie endogámica de la nación. Así durante semanas que se volvieron meses,hasta que un día se considero que la mentira había sido vencida. La conmoción y el esfuerzo había sido tal que la verdad relumbró en esas fechas como el oro recién pulido,abriéndose paso con un aire primaveral,elegante y lírica,inigualable y serena como un sorbo de agua de manantial envolviendo de un bienestar interno a niños y ancianos,a enfermos y a enamorados,a todos por igual incluido el infame que había escarmentado y ahora era el gobernador por aclamo popular de una isla desierta pero cercana a la costa.Y como antaño,como había sido siempre, la verdad y la trola siguieron conviviendo juntas a veces enredándose, como dos fotones.





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