Hoy,después de un año sin hacerlo me he sumergido, en las aguas de la costa vicentina. La temperatura del agua es veraniega,22 grados y me cuenta Adela,la mujer portuguesa que lleva este centro junto con Daniel,un suizo que no pesca los peces, que en verano el agua ha estado a 14 grados como en Holanda,gélida.El tiempo esta loco.Los primeros 5o litros de la botella me sirven para volver a familiarizarme con el medio y el equipo; como siempre,sufro la presión al igual que en la tierra y los oídos crujen. Después ya comienzo a disfrutar de los geranios,los gladíolos,las truchas,los saltamontes y los peces trompeteros como en los vídeos de Tim Burton para The Cure. Encuentro la flotabilidad y planeo. Soy un pez gordo.
Me acompaña Carmen,una monitora de los Boy Scouts de Huelva en su segunda inmersión; una jovencita maja y extrovertida que transmite buena onda. Su juventud me hace recordar que estoy en cuarentena.El centro de buceo se llama Divers Cape y hasta hace 8 meses pertenecía a un alemán que se ha pirado a las Filipinas.Resulta que el tipo prefería las botellas de J.B a las de oxigeno y cuando le daba por abrir el comercio los clientes se le espantaban;normal en todo caso.Me recuerda a esa noticia en la que dos pilotos de lineas aéreas españolas vestidos con el uniforme y embriagados hasta las patas se lían a bofetada limpia a las puertas de un hotel .Ni en las viñetas de Ibañez.
Hay unos buques hundidos:uno esta a 30 metros y es un vapor que todavía echa humo y otro es un carguero noruego con un cargamento de carbón destinado a los reyes magos de oriente y hundido por el torpedo que un submarino alemán le endoso en la Primera Guerra Mundial. Me viene a la memoria las batallitas que me contaba mi padre de cuando navegaba en petroleros de Campsa por Galveston,el Mar Báltico o el Golfo Pérsico en plena posguerra española y Segunda Guerra Mundial. Desde aquí un Homenaje.
Despues de unas fotos y compartir vestuario,Carmen me lleva a las afueras de Sagres para ver las habitaciones que alquila Doña Rosario. No hay nadie y entramos a fisgar. Las puertas están abiertas. Me entra la primavera en vena y pienso que el día se merece un revolcón pero no digo nada y todo queda en un asomo de aventura insatisfecha;al rato nos despedimos. O mio gozo en un pozo.
De vuelta en el camping ceno latas variadas y abro una botella de Rioja reserva que me acompaña desde el día en que la embotellaron ,mas o menos, y le doy un único y largo trago solitario.
Son buenos días en Portugal.
Me acompaña Carmen,una monitora de los Boy Scouts de Huelva en su segunda inmersión; una jovencita maja y extrovertida que transmite buena onda. Su juventud me hace recordar que estoy en cuarentena.El centro de buceo se llama Divers Cape y hasta hace 8 meses pertenecía a un alemán que se ha pirado a las Filipinas.Resulta que el tipo prefería las botellas de J.B a las de oxigeno y cuando le daba por abrir el comercio los clientes se le espantaban;normal en todo caso.Me recuerda a esa noticia en la que dos pilotos de lineas aéreas españolas vestidos con el uniforme y embriagados hasta las patas se lían a bofetada limpia a las puertas de un hotel .Ni en las viñetas de Ibañez.
Hay unos buques hundidos:uno esta a 30 metros y es un vapor que todavía echa humo y otro es un carguero noruego con un cargamento de carbón destinado a los reyes magos de oriente y hundido por el torpedo que un submarino alemán le endoso en la Primera Guerra Mundial. Me viene a la memoria las batallitas que me contaba mi padre de cuando navegaba en petroleros de Campsa por Galveston,el Mar Báltico o el Golfo Pérsico en plena posguerra española y Segunda Guerra Mundial. Desde aquí un Homenaje.
Despues de unas fotos y compartir vestuario,Carmen me lleva a las afueras de Sagres para ver las habitaciones que alquila Doña Rosario. No hay nadie y entramos a fisgar. Las puertas están abiertas. Me entra la primavera en vena y pienso que el día se merece un revolcón pero no digo nada y todo queda en un asomo de aventura insatisfecha;al rato nos despedimos. O mio gozo en un pozo.
De vuelta en el camping ceno latas variadas y abro una botella de Rioja reserva que me acompaña desde el día en que la embotellaron ,mas o menos, y le doy un único y largo trago solitario.
Son buenos días en Portugal.
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