jueves, 20 de enero de 2011

INDIA INDIA 2011

Ir a India requiere esfuerzo, predisposición y arrojo, y en mi caso actual un billete erróneo de avión, una cancelación de uno de tren, madrugones, horas de espera por retraso y niebla en aburridos aeropuertos e innumerables horas sin pegar ojo. 
En el avión a Bombay con salida de Londres conozco a Covadonga, bilbaína que ha vivido en Madrid 20 años y que ahora curiosamente vive en Ruiloba, donde nació mi abuela. Después de meditar y viajar el Rajastan se va a ir a Vietnam y va a rodar un documental sobre los cortadores de piedra basálticas de Vietnam que se lo cortan a su hermana escultora con la misma cámara sencilla con la que hizo otro de la fundacion Padre Arrupe sobre niños mutilados. Lo hizo por hobby y la T.V.E se lo compro y emitió en dos capítulos de lo bueno que era.
Esto de que el Blog no tenga corrector y que los teclados de la India son una mierda me mosquea un guevo, ya.
Al aterrizar en Bombay ya he reconocido el olor a moqueta húmeda y a cañería rota; enseguida hay gente ociosa con o sin uniforme tirados por aquí y por allá.Y afuera una colmena de avispados esperando hincarte el diente. Pero comparto taxi prepagado con una mormona de Utha y vamos a Arambol, Goa de modo rápido y económico. Allí me alojo en Om Ganesh, entre dos playas, con vistas al mar, sobre unos puestos de artesanía que desprenden olor a incienso. No busco mas, me gusta el sitio y la habitación con baño. Pago 500 rupias, que son 9 euros y decido no escatimar en algo mas barato y casposo los primeros días de aclimatación. 
Intento ver el ocaso pero estoy rendido y quien cae en las oscuras profundidades del sueño es el menda bajo las aspas del ventilador que deshace cualquier otra inquietud aparte de la de descansar merecidamente y reponer fuerzas para mañana. El agua espera de mi un baño refrescante.



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