domingo, 30 de mayo de 2010

VALLE DE LAS MARIPOSAS 2



El aspecto humano de la "isla" merece capitulo aparte. Quedan nombres, voces y aspectos que ya no se los lleva el viento; quizás una brisa marina en todo caso. Guney Selassie, "rastafari man", es una suerte de Jack Sparrow y Bob Marley de verdad, sin falsa rasta cuyo sueño es llegar un día a Eritrea, no a Jamaica, por numerosas razones que me desgrana apasionadamente en una charla durante un largo atardecer. Trabaja en el bote taxi más divertido del planeta que viene de Ouleduniz varias veces al día trayendo pasajeros y bultos extraordinarios para abastecer el valle aislado. Nos hacemos grandes amigos de corazón y le regalo mi equipo de buceo que ya ha cumplido conmigo su cometido karmico con el deseo de que le ayude en su sueño. El Gran Capitán Suleyman, de gran nobleza, que cuando rompe su seriedad y se ríe el mundo se ríe con él. Las rodillas se le doblan y se agarra de la tripa. El bote taxi, humilde ante las belleza de las goletas de madera de largo velamen, se balancea barrigudo chapurreando en su idioma diésel sin ningun complejo, como un abuelito del mar con muchas batallitas que contar. Los apóstoles locales, que quizás sean doce si un día los cuento a todos, poseen rostros ancestrales, mediterráneos, odiséicos, inalterables y, aunque quizás no tengan una "gran cultura" lo que transmiten es verdad con sus actos, con sus miradas, y ello les hace íntegros como las tierras de labranza que acondicionan. Las básicas instalaciones para la temporada que comienza ya están preparadas. Las 2 hermanitas nacidas del agua de la cascada son niñas naturales que juegan con los guijarros de la playa con el rostro tostado por el sol.  Cerca tengo a mi querido tractor hippy en desuso pintado de mil colores y ahora bautizado con mi nombre por todas las horas pasadas a su lado en la playa escribiendo o leyendo o viendo los atardeceres. David, el místico sefardita voluntario que chapurrea algo de español, se parece al Anguita. Luzia, la primera tártara que se cruza en mi vida y Jacob, su marido neoyorkino, tienen un hijo húngaro. Esperan abrir el puesto de zumos la próxima semana y empezar las clases de yoga. La bella y exótica Angie, de cabellos dorados al fuego y seductora voz turca, cuando es de noche cierra su puestecito de artesanía para jugar con fuego, lo dominay lo hace bailar. Mis amigos los insectos y las volátiles mariposas "jersey" me acompañan tanto como las personas.
Han llegado navegando en kayak los siete ancianos expedicionarios holandeses de 72 años en plenas facultades mentales llenos de dicha y arrojo.
Estar aquí es una suerte de "Doctor en Alaska" lleno de historias como libros vivientes. 




¡A seguir escribiendo bellas paginas!


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