viernes, 4 de diciembre de 2009

HOLY GANGA

Con la gente del retiro nos vamos de "rafting". Vamos dos niñas españolas, tres "kiwis" neozelandesas maoris muy simpáticas, un inglés y un italiano. Nos ponemos el chaleco, agarramos la pala y adentro. El guía me coloca en la proa que es más divertido pero que te comes todo el marrón de las aguas bravas y a mi lado Marco el italiano, que con 30 años ya tiene 4 hijos de tres madres diferentes y que vive en las Alpujarras, en Granada en la comunidad "Beneficio". Me cuenta cosas interesantes de cómo se vive allí. No parece que conozcan los condones. Trabaja el cuero y también vende inciensos. Ha llegado a la India por tierra, de bus en bus pero en Turquía se tuvo que subir en avión por no sé que problema de Paquistán. Me da consejos sobre como llevar un burro para cuando me vaya con uno de aventura caminera y de pronto llegan los primeros rápidos. El guía nos aconseja un chapuzón y sin pensármelo dos veces me tiro a las aguas sagradas y purificadoras. El agua esta fría, helada mis pecados se congelan de frió mientras la corriente me lleva. El primer tramo es emocionante y los que no se tiraron acaban igualmente empapados. Mas adelante me lanzo a la corriente a hacer "body surfing" con el chaleco salvavidas puesto; el inglés se aventura y me sigue. Empieza a dar gritos como si estuvieran cociéndole vivo en agua hirviente. Pienso que esta vacilando, pero no. Cuando sube con nuestra ayuda a la balsa esta tiritando encogido como un pollo y sin poder moverse, agarrotado; las piernas tiesas, la boca temblando , los ojos espantados. El guía le deja su impermeable. Llega la segunda tanda de rápidos y damos un bote en el aire que me deja sentado en mitad de la barca. Ufff!! podía haber sido fuera. Marco y yo vemos el ojo de un remolino inmenso. Cuando no s acercamos vemos en el fondo la tierra removerse y oímos los aullidos de las almas en pena del infierno -"líbranos del mal". A la altura de Pool Chatti nos metemos remando a toda leche en el rápido más potente, lleno de sifones, saltos, crestas blancas, contraolas y recorcovones. Empecinamos la garrincha y saltamos la revuelta con blasfemia. Pasado el tragadero y el achuchón vertiginoso nos deslizamos río abajo sorteando la sombra que cae a un lado del río para calentar al que ingles sigue en la balsa. En la otra orilla arde un cadáver vestido de negro sobre una pira funeraria construida con maderos y leños. Treinta solemnes hombres sentados sobre las piedras nos ven pasar. Llegamos a Laxman Jula y corriendo nos vamos a dar una ducha de agua hirviendo. El ingles que se parece a Nicolas Cage está da tanta pena que



un pobre le da una limosna.

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