domingo, 30 de mayo de 2010

EL VALLE DE LAS MARIPOSAS 3



Hago mencion especial a mis amigos Kemal, un joven turco en crisis existencial agobiado por un trabajo de yuppi y que regresa a casa hippy y happy...yuppy!!! y la bella y dulce
Diana nacida en San Petesburgo y malviviendo en un Moscú que me lo pinta como una gran y terrible estación de trenes con rostros amargados y grises cuyo invierno plomizo cae sobre las almas para arrebatarles la chispa de la vida que calienta los corazones; de ahi que le peguen al vodka cosa mala para que actúe de reactivo con la breve chispa; y no lo digo yo que lo dice ella.
Como es tan bonita y tan angelical supera en el valle de las Mariposas "ese" mal trago y ensaya concentradamente con fuegos y bolas y rejas ardientes la chisporroteante y sugerente danza en las estrelladas noches. Hace 7 años que participa en festivales y ahora se prepara para uno en Rusia porque es muy exigente con su arte y da lo mejor de si misma. Lo disfrutamos en las reuniones de las hogueras; con algún músico extraordinario o alguna voz turca o el suave mecer de las olas y los perros acurrucándose como siempre fue.



Hablo con Hassan, el encargado y promotor de conservar puro este lugar y sufragar el arrendamiento al estado con el camping sin cemento y lo que generan los dos bares chiringuitos y las comidas. Me cuenta que todo comenzó en el 87 cuando termino la carrera de derecho y sus inquietudes naturalistas y conservacionistas le dieron la fuerza para comenzar la cruzada en solitario de preservar este ultimo espacio de la devastación especuladora que ya ha devorado como un Saturno insaciable a otros hijos suyos a la vuelta de la esquina. Le digo que la gente es mas feliz; me sonríe mirándome con blandos ojos grises y me recuerda los muchos esfuerzos y sinsabores para que eso sea así. Veo sus arrugas en el rostro ya maduro y cada una me cuenta de un esfuerzo y una desazón, las de los grandes hombres que cambian el mundo, las de los idealistas, las de los locos cuerdos. Desembarca del bote y se adentra por una cala desierta. Mientras se calza las botas de caminar me lanza un saludo con la mano al aire; se va a hacer los preparativos sobre el terreno de una nueva ruta de senderismo que quiere abrir tras la gran laguna de Oludeniz. Le costara otra arruga y 50 personas cada dia serán mas felices caminandola. Gracias.



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