Paul se detiene en un barrio de la capital y yo continuo adelante para aproximarme a Boudhanath, la zona tibetana de la que tanto me han hablado. Un taxi me lleva al monasterio de Kopan. Mi amiga Claire estuvo haciendo un curso de un mes aquí, el Lamrin, y me fio de ella, pues ya hemos coincidido en Sikkim este año y en Dharamsala dos años atrás. El curso comienza mañana y llego sin avisar, pero tengo plaza en una bonita habitación, limpia y espaciosa en la que me siento de maravilla y feliz.
La profesora es sueca y está muy instruida. Hay un pelmazo alemán que no deja de hacer preguntas estupidas todo el tiempo, impertinente y acaparador, insistente, como un mosquito de esos que todos sabemos...soy vivo testigo de la ecuanimidad y toleráncia de la profesora a la que ya habrán ascendido a los altares de los santos, !madre mía!. Me vuelvo a encontrar con el hermano del Lama Yese, ahora reencarnado en el joven granadino O´sel Ling, el niño lama. Sigue con su cachaba como le vi en Mc Leod Ganj.
Visitamos a un niño lama. La reencarnación del lama...no me acuerdo, Lockrom, o algo así, perdón. Pero hay un documental que he comprado: Unmistaken child, que cuenta toda la historia desde que el anciano lama muere en una cueva y la búsqueda auspiciosa de su niño reencarnado en las montañas y las pruebas a las que es sometido: oro incienso y mirra, más o menos.
El niño vive en una casa aparte, tutelado. Nos recibe y le entregamos presentes. Yo le doy mis prismáticos para que vea más allá de su limitado retiro...y que sobrevuele su, ahora limitado universo, como las águilas que sobrevuelan Kopán...
Solo es un niño. No quiere estudiar y las visitas le fastidiamos.
Me hago buenos amigos en el curso, pero he de continuar.........
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