Ya cago como un hombre! Gracias a unas extraordinarias medicinas indias obtenidas en un cuchitril de una callejuela de Gokarna. Sus efectos han sido infalibles e inmediatos. Estaba yo flojo y renqueante apurando las últimas energías bajo el calor implacable agarrado a una botella de agua, como un enfermo terminal a una botella de suero, sufriendo delirios y confundiendo la realidad, cuando el que atendía el puesto me diagnostico, a ojo de buen cubero, un síntoma ancestral y milenario que no pude descifrar. Me dio las famosas pastillas por 30 rupias y son tan buenas que no me ha hecho falta ni tomarlas. Será que me cago de miedo...Las he guardado en el bolsillo como un talismán o el "anti-nanti" de turno. Su milagroso efecto tiene el poder de la sugestión placébica. Se me ha ido la debilidad, me ha entrado la comida solida, he ido de excursión, he sacado fotos, me he afeitado las barbas y he nadado en la mar salada. ¡Gracias! ¡Gajananam! Siempre os llevaré conmigo aunque caduquéis, por los siglos de los siglos.
Hoy unos simpáticos me han robado la hamaca del porche, pero como ya me piro en breve no tomaré represalias. Que los mosquitos se hagan cargo y les devoren. Me voy a dar un chapuzónnnnn!!!
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