viernes, 2 de julio de 2010

BUDAPEST

A las seis de la mañana a quien menos me esperaba encontrar en la estación de tren de Sarajevo es a Paco, el leridano que viaja con su bici y conocí en Kotor. Está despidiéndose de Stella, una chica de Hong Kong con quien a compartido parte de su viaje; así que hacemos el viaje de 10 horas a Budapest en el mismo compartimento. Me cuenta que es fotógrafa y escribe en una revista de viajes china. Ha viajado por todos esos países raros o conflictivos con los que uno no se atreve todavía  Va equipada hasta los topes con toda la "gadgeteria" que uno se pueda imaginar. Me dice que si quiero un laptop me lo compra y envía desde Hong Kong. Parece que todo esta baratísimo por allá. Su otro nombre es Sukima, en chino supongo. La verdad es que necesito o creo necesitar uno; más líos.
Encuentro mi albergue tras un trayecto que me saca del centro de la ciudad. Es una casa de tres plantas con jardín y chillout y esta llena de pegatas y postales y cosas viajeras y escritos y graffitis y toda esta parafernalia que no te despeja la cabeza si no que te aturde más el coco. Los ocupantes no pasan de los 20 años, con esa mezcla de chicle americano, cerveza australiana y tatuaje tribal que da por culo. Son majos pero yo no comulgo con esta tribu. Como solo he pagado dos noches me piraré a otro sitio más cementerio de elefantes y carca para sentirme el p... amo. Justo me informa el de la "rece" que los dueños tienes otra casa donde hacen yoga y meditación calle abajo y que se llama Santee House...vaya! No todo esta perdido. De momento, Budapest


me gusta.

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