He tirado la bolita en la ruleta y ha caído en Sagres que esta en la mismísima barbilla de Portugal,ni mas ni menos.Como me sucedió en Tarifa al verme frente a África con el Estrecho de Gibraltar de por medio, también me vuelvo a emocionar.Hay que poner un pie en estos lugares geográficos y dejarse envolver por la fuerza insolita de su singularidad y percatarse de nuestra insignificancia y tonta vanidad ante semejantes dioses.Estos y otros lugares como el Fuji-Yama;El Cabo Colorín(Kanyakumari) en la punta de la India;la invisible linea del Ecuador a su paso por las afueras de Quito(la linea que los indígenas trazaron sin error, hoy verificado por G.P.S);el Finisterre gallego...Le dejan a uno sobrecogido;son lugares sagrados y uno lo sabe sin necesitar de religión alguna o ritual que lo corrompa;es así y así seguirá siendo.
Por la noche me voy al farol de San Vicente en la misma punta del cabo y veo al coloso Argos como proyecta de sus ojos tres amarillos haces de luz tubulares que sondean rotatoriamente el infinito mar salpicado de estrellas.Dicen que alcanza hasta sesenta millas náuticas.El océano se confunde con el firmamento de tal modo que las luces de dos embarcaciones asemejan ser estrellas que reposan en el mar.Bajo la sugestión de un anuncio televisivo veo a los pocos marineros tomándose una taza de café caliente en la cabina del barco y cada pocos segundos la ráfaga de luz pasa sobre ellos; eso les reconforta tanto como la bebida. La vista se me va al firmamento y allí veo todos esos barcos que navegan por las galaxias inconmensurables donde la soledad es aun mayor y se mide por otros parámetros.Los grandes navegantes veían este cabo,acantilado como un castillo, y temblaban al abandonarlo rumbo a tierras ignotas empujados por la santísima trinidad del arrojo,la fe y la locura .Leguas marinas. Su fondo marino esta lleno de pecios vencidos al batallar o por los vendavales que azotan esta tierra ultima.
Los hombres del Neolítico dejaron sus menhires y los romanos lo llamaron Promontorium Sacrum o algo así.Sagres que es muy chulo.
Por la noche me voy al farol de San Vicente en la misma punta del cabo y veo al coloso Argos como proyecta de sus ojos tres amarillos haces de luz tubulares que sondean rotatoriamente el infinito mar salpicado de estrellas.Dicen que alcanza hasta sesenta millas náuticas.El océano se confunde con el firmamento de tal modo que las luces de dos embarcaciones asemejan ser estrellas que reposan en el mar.Bajo la sugestión de un anuncio televisivo veo a los pocos marineros tomándose una taza de café caliente en la cabina del barco y cada pocos segundos la ráfaga de luz pasa sobre ellos; eso les reconforta tanto como la bebida. La vista se me va al firmamento y allí veo todos esos barcos que navegan por las galaxias inconmensurables donde la soledad es aun mayor y se mide por otros parámetros.Los grandes navegantes veían este cabo,acantilado como un castillo, y temblaban al abandonarlo rumbo a tierras ignotas empujados por la santísima trinidad del arrojo,la fe y la locura .Leguas marinas. Su fondo marino esta lleno de pecios vencidos al batallar o por los vendavales que azotan esta tierra ultima.
Los hombres del Neolítico dejaron sus menhires y los romanos lo llamaron Promontorium Sacrum o algo así.Sagres que es muy chulo.
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