Como las fiestas de navidad ya estaban cerca el ambiente de la ciudad era festivo y alegre. No había exceso de turistas y el frío de diciembre me agradó.
Nápoles está a solo 3 horas en tren, mi medio de trasporte favorito. Recorrí las calles y callejuelas del centro. El único peligro que sentí fue el de llevar los cordones de una bota desatados... Pompeya estaba en ruinas...
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